Flirt, signos de atracción.

Dado que esta época del año se presta a temas más bien ligeros y que los dos últimos post eran más bien densos, toca cambio de tercio.

Como ya comentamos en un post anterior, una de las partes más divertidas del análisis del lenguaje gestual es la que tiene que ver con los mecanismos de atracción seducción.

De hecho, el dominio de la interpretación de estos signos puede ser de gran utilidad para todo aquel o aquella que se quiera dedicar al flirteo.

¿Qué entendemos como flirteo? El flirteo como tal se referiría al conjunto de técnicas y situaciones en las cuales una persona evalúa la disponibilidad sentimental / sexual de un/@(s) tercer@(s).

La evaluación consiste en medir las reacciones del "adversario" delante de nuestro comportamiento, lo que decimos, lo que gesticulamos, y lo que no decimos.

Dichas reacciones pueden ser verbales y/o gestuales.

La primera recomendación es que antes de evaluar un gesto como una invitación o una intención, analizad cuidadosamente la situación: un mismo símbolo gestual puede significar diferentes cosas dependiendo del entorno y el contexto en el que se produce.

La segunda: aunque la tentación de usar estas habilidades en entorno laboral es muy grande, os recomiendo NO practicarlas bajo ningún concepto.

La tercera: explicaré cómo interpretar, no explicaré cómo abordar.

Y cuarta y última: recordad, no es no.

Basta de rodeos... vamos a ello.

Bien, hay dos sexos, y por tanto dos modos ligeramente divergentes de comunicación no verbal.

La posición de los pies y del cuerpo en un grupo nos indica más o menos las preferencias de cada uno de los individuos que los componen.

Normalmente la punta de los pies están orientados hacia la persona sobre la cual se muestra la preferencia, reforzada si cabe con la orientación del cuerpo.

La posición de brazos y manos es determinante: si los brazos están cruzados cuando estás explicando, algo, implica que está cerrado, no es receptivo... retrocede.

Mismo de lo mismo si, aunque no estén cruzados los brazos, una mano sobre otra o incluso una falsa postura de obertura que consiste en jugar distraídamente con una pulsera, la correa del reloj... no es receptivo.

Si estás sentado: tobillos y rodillas juntos, vade retro, no estoy por tí.

Si la postura, en cambio, es relajada, e incluso (mujeres) una mano está apoyada sobre una cadera "al modo vaquero", indica disponibilidad.

En hombres, debe interpretarse como disponibilidad sexual.

En mujeres se interpreta como disponibilidad sexual cuando al mismo tiempo y por gesto casual, se alisa el pelo mostrando la parte interior de la muñeca. Se acentúa si, además, muestra la parte carnosa inferior del pulgar (palma de la mano).

El acto en sí de alisar el pelo sin ningún otro signo debe entenderse cómo "mira que pelo tan bonito tengo".

Si estás sentado: postura relajada, una pierna encima de la otra... bien, no es mal síntoma.

Piernas separadas también puede ser interpretado como obertura.

Las miradas también pueden tener su componente "incendiario".

Debemos entender que, por ejemplo, en el transcurso de una conversación o de una reunión, normalmente miraremos a nuestro interlocutor mientras él o nosotros hablamos, y no por ello les vamos a jurar "amor eterno".

Pero hay miradas y miradas: si no hay una interacción verbal, veremos que si nos sentimos observados y miramos a quien nos observa, muchas veces desvían la mirada: muestran curiosidad, pero nada más.

Ahora bien, si sostienen la mirada durante un periodo no inferior a 2 segundos, podemos entender que estamos siendo evaluados.

Si además, en el caso de las mujeres entreabren los labios y miran los labios del adversario, es una señal muy clara de iniciar acercamiento.

En el caso de los hombres si se tocan o ajustan el nudo de la corbata (si la llevan, si no la parte inferior del cuello de la camisa), también es una invitación al acercamiento.

Éstas son unas cuantas pautas para poder evaluar con sencillez a nuestros adversarios.

En Internet hay muchas fuentes de información, así como en librerías.

Quien por vocación quiera dedicarse de un modo más "profesional" le sugiero el libro de Neil Strauss, "El Método" (The Game), en el que se describe el "modus operandi" de los profesionales del ligue y el rastro que dejan en Internet.

Y si quieréis una muestra, basta que busquéis en Google la palabra "sargear".

¡A disfrutar!