Efectos colaterales.

Conversación de esta mañana con un responsable de admisiones.

Hablamos de dos hospitales comarcales, uno situado en la corona metropolitana de Barcelona y otro situado en la Catalunya central, en un área más rural.

Cito textualmente:

"Estamos notando un descenso en las primeras para especialidades, así como rehabilitación y lista de espera para prótesis".

"Nos encontramos que muchos pacientes en lista de espera nos piden retrasar su intervención un año más, con lo que significa que deben ser borrados e inscritos de nuevo".

"La única línea de actividad que en este momento está experimentando un claro incremento es Salud Mental".

Dado el modelo de financiación de los centros sanitarios públicos catalanes, esto no puede ser más que una noticia no demasiado buena.

Estudiado el caso, se produce un incremento significativo de cambios de lista de espera y absentismos en la franja de población en edad laboral y con trabajo, y es independiente de la situación geográfica del centro.

No voy a añadir más...

¿Alguien más ha notado esta tendencia en su hospital?

P.D.: NOTA ACLARATORIA: La presión asistencial existe, las listas de espera también, y para el gran público apenas puede tener trascendencia las tendencias que apunto en el post... pero si creo significativos que en la población con trabajo tenga este comportamiento, tanto como para que pueda ser estudiado por métodos estadísticos.

Valor y excelencia.

Llevo días dándole vueltas a este post, y como que lo tenía en la punta del lóbulo frontal... :-)

Aún recuerdo la primera vez en la que alguien, refiriéndose a mi trabajo, hace ya un tiempo, me dijo algo así como "... y es que siempre en lo que haces aportas mucho valor...".

"¡Dios!", me dije, y qué debe ser esto... hasta aquel momento las cosas se hacían bien o mal, pero...

La definición más académica del valor sería la que aporta al producto o servicio un mayor margen diferencial, entendido el margen como tangible (por ejemplo, indexado por dinero, margen entre coste de fabricación y venta) como intangible (por ejemplo, imagen de marca).

Y en el ámbito de la consultoría tecnológica, ¿a qué llamaríamos valor?

Para mí, el valor en consultoría viene dado por, entre otros, estos factores:
  • Por el grado de conocimiento del negocio
  • Por la capacidad de escucha activa de nuestros interlocutores
  • Por la voluntad de hacer las cosas bien a la primera
  • Por la capacidad de síntesis
  • Por buscar la colaboración y complicidad con el cliente.
  • Por la capacidad de aportar un plus al proyecto que se lleva a cabo…
  • Por…

La realidad es que para mí, este concepto de valor va muy ligado al de excelencia, que podría definirse como la capacidad de pudiendo hacer las cosas bien, hacerlas aún mejores... y todo esto cumpliendo los plazos e hitos que se tengan marcados.




Y el ser excelente no se nace, se hace… cuesta mucho, requiere humildad, humanidad y sobre todo, trabajo en equipo…

Jamás haremos nada excelente si no sabemos trabajar en equipo, y trabajar en equipo puede significar tanto asumir el liderazgo cuando la ocasión lo requiera, como retirarnos a retaguardia y trabajar de manera callada para reforzar al equipo.

Significa brindar apoyo profesional al compañero que lo necesita, significa sonreír cuando las cosas se tuercen, significa apoyar a compañeros que aunque no formen parte de tu equipo intuyas que pueden necesitar tu ayuda…

Ser excelente significa muchas horas de trabajo en casa, formándote, estando a la última, cultivando relación, creando redes de conocimiento colaborativo…

Ser excelente siempre implica aportar, ser excelente es pensar que puede ser más o menos difícil, pero nunca imposible.

Ser excelente, además, hace que el valor añadido de tu trabajo fluya de manera natural.

Mi consejo es que, en todas las ocasiones, practiquéis la excelencia, pues valor con valor se paga.

Un mail de despedida.

Esta mañana he enviado el mail de despedida a mis compañeros, a la gente que admiro y estimo, a los compañeros de este maravilloso viaje que ha durado dos años y pico, y que mañana toca a su fin.

La verdad es que considero que el mail me ha quedado muy sentido, así que os lo copio aquí para que podáis sentir la intensa emoción que he vivido al escribirlo...

Hola a tod@s,

es muy complicado describir lo que siento en estos momentos...

Mañana es mi último día.

¿Culpables? No los hay, son circunstancias que pasan y que se deben asumir del modo más maduro y profesional posible... no hay lugar en mi mente para enfado ni rencor, sino tan sólo de profundo agradecimiento.

Si, es cierto... el lunes que viene ya no estaré, ni vosotros podréis disfrutar de mi compañía ni yo de la vuestra.

Debo decir que os echaré de menos...

Aún recuerdo la ilusión con la que me incorporé, mi primera (y única) entrevista con Vanesa y Sandra y el cálido recibimiento que me dispensó Thomas.

No ha sido fácil, trabajar para mí tiene un componente lúdico, pero no exento de grandes alegrías, de grandes tristezas y porque no, de alguna lágrima... hemos reído juntos, hemos sufrido juntos, y también hemos llorado juntos.

Si, os echaré de menos, a todos y cada uno de vosotros.

Echaré en falta la mirada de niño travieso de Marc, la dureza y al mismo tiempo, ternura, que emana de Joan Carles, la cara traviesa de Blanca, el sarcasmo de Miriam, la dulzura de Yolanda o el delicioso taconeo de Sílvia... y me dejo a mucha gente, lo sé, todos sois magníficas personas.

No os preocupéis por mi, pues el lunes inicio una nueva aventura que creo me va a llenar de grandes satisfacciones...

Por supuesto, me gustaría seguir en contacto con todos y cada uno de vosotros.

Me gustaría compartir con vosotros dos fragmentos de "Ítaca", de Konstantin Kavafis, que creo apropiados para la ocasión:


"Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas."


"Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino."

Un jirón de mi alma, un pedazo de mi corazón, siempre yacerán enterrados entre los muros del imponente edificio 22@...

No os olvidaré nunca.

Gracias por todo.

Un abrazo,

Rafa