Una de las partes más interesantes, y al mismo tiempo, que producen más desasosiego es la relación entre profesionales, ya sea en la misma organización, ya sea en dos organizaciones diferentes que colaboran persiguiendo un fin común.
El conocer a los profesionales con los que colaboras, incluso en algunos casos, a tus adversarios profesionales, y conocer el lenguaje gestual / postural puede marcar la diferencia entre una colaboración pésima o una adecuada colaboración.
Supongo que todos -bueno, al menos los que les guste el fútbol- habréis oído hablar de que determinado entrenador “sabe leer los partidos…” y toma decisiones sobre la marcha para mejorar las prestaciones de su equipo.
En el transcurso de reuniones (por ejemplo, de seguimiento de proyectos) en las cuales participemos, el conocimiento del lenguaje gestual puede marcar la diferencia entre una buena reunión o una reunión pésima.
Debemos adiestrarnos en la observación de nuestros interlocutores, ya que, a diferencia de la expresión oral, la gestual no esconde sus verdaderas intenciones.
Existen diferentes libros y enlaces de Internet en las que se trata este tema, que para mí es tan importante como el conocimiento técnico o funcional que se pueda atesorar.
Supongo que algún lector/a puede pensar “y por qué no seguir y hablar del lenguaje gestual aplicado a la relación no profesional…”
Bueno… desde luego he presenciado situaciones realmente divertidas sobre este punto, aunque debo confesar que nunca he experimentado esto en primera persona, siempre las he vivido como espectador.
Quizás este tema, el flirteo en ambiente profesional, pueda ser motivo de otro post, en otro momento.
El conocer a los profesionales con los que colaboras, incluso en algunos casos, a tus adversarios profesionales, y conocer el lenguaje gestual / postural puede marcar la diferencia entre una colaboración pésima o una adecuada colaboración.
Supongo que todos -bueno, al menos los que les guste el fútbol- habréis oído hablar de que determinado entrenador “sabe leer los partidos…” y toma decisiones sobre la marcha para mejorar las prestaciones de su equipo.
En el transcurso de reuniones (por ejemplo, de seguimiento de proyectos) en las cuales participemos, el conocimiento del lenguaje gestual puede marcar la diferencia entre una buena reunión o una reunión pésima.
Debemos adiestrarnos en la observación de nuestros interlocutores, ya que, a diferencia de la expresión oral, la gestual no esconde sus verdaderas intenciones.
Existen diferentes libros y enlaces de Internet en las que se trata este tema, que para mí es tan importante como el conocimiento técnico o funcional que se pueda atesorar.
Supongo que algún lector/a puede pensar “y por qué no seguir y hablar del lenguaje gestual aplicado a la relación no profesional…”
Bueno… desde luego he presenciado situaciones realmente divertidas sobre este punto, aunque debo confesar que nunca he experimentado esto en primera persona, siempre las he vivido como espectador.
Quizás este tema, el flirteo en ambiente profesional, pueda ser motivo de otro post, en otro momento.