The Choto's disease: a systematic review.

Pardo R (1), Fernández S (2), Ramos AJ (2)


(1) Editor de “Perdidos en Pandora”
(2) Editores de “Cuidando.es

Introducción.
La enfermedad de Choto se caracteriza por una disfunción severa del mecanismo de evacuación de semen del cuerpo del hombre; como ya demostró Holmes S., los testículos fabrican espermatozoides -non stop- en un ciclo que dura 80 horas.

Por supuesto -y debido a su papel fundamental en la función reproductiva y de garantía de superviviencia de la especie- la vía natural de evacuación del exceso de producción de semen es la función sexual. 

Ahora bien, el cuerpo del hombre tiene una capacidad finita de almacenamiento de semen -estimada de acuerdo con los trabajos de Hari M. y Bernhardt S. en 15 cm3-, por lo que el cerebro reptiliano provee de mecanismos reflejos que permiten la evacuación controlada del exceso de producción. 

Estos mecanismos son el onanismo y las poluciones nocturnas. 

Pero en ocasiones este mecanismo no funciona correctamente; en la Syldavia’s Medical School, Gotera P. et al. demostraron en un test doble ciego con 80 individuos voluntarios, varones, sanos y sexualmente activos -para éste último punto se pasó el test de Emmanuelle, eligiendo sólo a los que superasen un 89 sobre 100- que había una probabilidad superior a un 49,57% de desarrollar la enfermedad de Choto en aquellos sujetos que tenían el cuello de la camisa de una talla menos a la necesaria y/o se apretaban en exceso el nudo de la corbata. Otras agresiones ambientales como los jerséis de cuello cisne o los chupetones se contemplaron en la investigación del equipo de Gotera P., pero sin llegar a conclusiones significativas. 

La Enfermedad de Choto aparece cuando esas vías de evacuación de semen no funcionan adecuadamente, produciendo una inflamación testicular aguda que genera dolor reflejo en la zona bajo abdominal y que en sus formas más severas producen deformaciones en el occipital y en los cartílagos de las orejas, como se muestra en siguiente imagen, de un paciente con Enfermedad de Choto de grado 5.


La enfermedad de Choto fue descrita originalmente por Fernández S. y Ramos AJ. en el transcurso del III Congreso de Enfermería Escolar, con su ya mítica ponencia “Posicionamiento con respecto al Choto: What’s else?” (Villadiego’s Medical Journal, 2011, November, p64-89).

El nombre de Choto ha generado una fuerte controversia en el ámbito de los investigadores genito-urinarios; ha llegado a tal extremo que ante el riesgo de fractura de la comunidad, se convocó en 2009 una reunión auspiciada por la OMS en Torredonjimeno, en la que tras dirimir algunos aspectos etimológicos de la acepción, acordaron unánimemente el nombre de Choto para la patología.

Cabe resaltar que aún continúa una controversia entre investigadores andaluces y japoneses sobre la paternidad del vocablo: en andaluz Choto es un nombre común que designa a los chivos, mientras que en japonés es un adjetivo que significa pequeño, diminuto, concentrado.

Tratamiento.
El tratamiento clásico del Choto incluye ANIEs y maniobras directas sobre el cuerpo cavernoso.

Las maniobras sobre el cuerpo cavernoso se dividen en dos clases:
  • Las de fricción, donde dando un masaje suave pero vigoroso desde la base del apéndice carnoso hasta la punta del apéndice, se potencia la irrigación de la red de vasos que componen el cuerpo cavernoso, produciéndose la erección y consecución de la evacuación del exceso de semen; como efecto secundario habitualmente el paciente puede llegar a conseguir un orgasmo. 
  • Las de succión, en la que usando un mecanismo de succión, típicamente la boca, se alcanzan comportamientos, resultados y efectos secundarios parecidos a las maniobras de fricción. 
  • Cabe resaltar que en los dos tratamientos mencionados anteriormente el ritmo lo es todo en cuanto a los parámetros de eficacia del tratamiento, y se aconseja un ritmo lento al principio para ir incrementando suavemente la velocidad que se imprime a la fricción / succión. 
En los casos de Choto agudo se requiere una dieta específica en la que se limite el consumo de lácteos y de tomate; de acuerdo con los trabajos de Vidal N. et al. el consumo de tomate y sus derivados incrementa la producción de esperma en un orden del 30%.

Cabe considerar que la Enfermedad de Choto representa un problema sanitario de primer orden, y de acuerdo con Annals of Choteology (2009, January, p1-16), un tercio de la población masculina del planeta experimentará Choto en algún momento de su vida; en PubMed ya hay más de 1500 referencias con respecto a la patología.

Existen en nuestro país algunas zonas de Choto endémico, en las cuales ha habido que implementar protocolos especiales de alerta y tratamiento, similares a los existentes para IAM o Ictus: el código Choto o CC, en proceso de implantación en algunos de los hospitales más innovadores del centro y sur de nuestro país y plenamente implantado en los servicios de Emergencias Médicas.

Sin embargo, dada la creciente resistencia del colectivo de enfermeros y fisioterapeutas en aplicar dichas técnicas -de hecho, el Gobierno está estudiando implantar un nuevo supuesto de objeción de conciencia aplicable al Choto, con el mismo grado de rigidez que el que actualmente se exige para el aborto- que ha habido diferentes grupos de investigación que están trabajando en alternativas mecánicas al tratamiento de elección del Choto.

Nuevas vías terapéuticas. 
El tratamiento económico existe en forma de consoladores mecánicos con forma de vagina, a pilas y con velocidad variable; la única dificultad es que aunque se pueden lavar de un modo más o menos fácil, no se pueden esterilizar al autoclave, con lo que se descarta su uso en un ámbito clínico.

Así pues, en la Cydonia’s Bioengineering School, Chin-Lu Q et al han estado probando diferentes modelos de sacaleches -de los usados para extraer leche materna en los domicilios de las madres recientes- sin conseguir resultados significativos. Uno de los problemas encontrados por Chin-Lu fue debido a cuestiones referidas al calibre.

Pero al no conseguir resultados este grupo de investigadores experimentó con otro tipo de dispositivos:los sistemas de ordeñación automática para vacas.


Las ventajas son evidentes en los sistemas como el descrito en el vídeo, pues el paciente sólo tiene que colocarse en posición “a cuatro patas” y el sistema laser se encarga de adquirir la posición del cuerpo cavernoso, ejecutar la limpieza y desinfección del apéndice y proceder a la succión.

No obstante, Troll J et al., de la Hule’s Medical School, hicieron un estudio doble ciego con 90 pacientes sanos a los que se indujo Choto, de los cuales al grupo control -el 50% aproximadamente- se le aplicó la terapia convencional de contención -ANIEs + fricción / succión, una vez cada 8 horas- y al resto se les aplicó la ordeñadora mecánica.

No hubo una mejora aparente en el curso del Choto, más bien al contrario: el 35% del grupo sufrió algún tipo de desgarro en la cabeza del cuerpo cavernoso, de los cuales en un 20% se produjo una amputación traumática del glande; sólo en cuatro casos no se pudo realizar el procedimiento de reimplantación quirúrgica, y de éstos, uno desembocó en suicidio; lo cual descarta de una manera casi definitiva este tipo de solución mecánica para el tratamiento del Choto sintomático.

Conclusión.
Queda un largo camino a recorrer en las alternativas al tratamiento convencional de la Enfermedad de Choto, y mientras no aparezcan nuevas vías terapéuticas, los clínicos habrán de gestionar -con las dificultades éticas que ello supone- del modo más eficaz los recursos, cada vez más escasos, que puedan aliviar a la población afectada.

Bibliografía.
Holmes S. “Sperma production cycle: new evidences” Acts of Andrology, January 1997, p45-50 


Hari M et Bernhard S “How many sperma fit into testycles?: a different approach.” University of Matasanos, 2000 papers, Volume 1, pages 1720-1750 


Gotera P et al “Environmental and behavourial conditions to induce Choto’s disease”, Syldavia’s Medical School, 2002 


Fernández S et Ramos AJ “Posicionamiento con respecto al Choto: What’s else?” Villadiego’s Medical Journal, 2011, November, p64-89 


Vidal N et al. “Tomatoes: source of never-ending sperma” Porn Weekly, January 2009, p67-75 


Editorial “Choto’s disease: the new and silent pandemia?” Annals of Choteology, 2009, January, p1-16 


Chin-Lu Q et al. “Friction vs Suction: Alternative devices to treat Choto’s Disease.” Cydonia’s Bioengineering School, Memories of though and rough ideas, Volume 798, p730-770 


Troll J et al. “Mechanical issues due to suction on Choto’s inpatients: a review.” Hule’s Medical School, #Fail: a primer on innovation errors, 2010, p215-270 

Agradecimientos.
Este paper está dedicado a todos aquellos que en estas fechas se sienten solos, infelices, sin ganas de sonreír... si debido a la lectura de este post hemos conseguido que sonrías, habremos conseguido nuestro objetivo.

Feliz Navidad.

Va-
ya a
caminar.
Sonría a su
hijo. Haga su
álbum familiar.
Cuente las estrellas.
Llame a sus amigos por
teléfono. Dígale a alguien
“te quiero mucho”. Sea un niño
otra vez. Salte a la cuerda.
Diga que sí. Ríase. Lea un buen
libro. Pida ayuda. Corra. Cumpla sus
promesas. Cante una canción. Salte para
divertirse. Cambie su peinado. Sea voluntario.
Piense. Devuelva un favor. Termine
un proyecto. Rompa un hábito. Dése un baño
de espuma. Haga una lista de las cosas que hace
bien. Relájese. Pierda un poco el tiempo. Exprese
lo suyo. Trátese como un amigo. Escriba un poema bello.
Acepte un cumplido. Perdónese. Deje que alguien lo cuide.
Muestre su felicidad. Aprenda algo que siempre deseó. Tóquese la
punta de los pies. Mire una flor con atención. No diga "no puedo" por
un día. Cante en la ducha. Empiece una nueva tradición familiar. Haga
un picnic adentro. Por hoy, no se preocupe. Practique el coraje en las pequeñas
cosas. Ayude a un anciano del barrio. Mire fotos viejas. Escuche a un
amigo. Imagine las olas en la playa. Juegue con su mascota. Permítase brillar. se
una palmada en la espalda. Grite por su equipo favorito. Pinte un cuadro. Salude
a un nuevo vecino. Visite un museo. Haga un pequo cambio. Escriba en su diario.
Delegue tareas. Hágale sentirse bienvenido a alguien. Permita que alguien lo ayude.
Vaya a la biblioteca y escuche
el silencio. Sepa que
no está solo. Déle
nombre a una
estrella. Cumpla
una promesa.
Hágase un regalo.

P.D. El origen de este árbol se remonta a 1998, en el que un conocido me lo envió como felicitación de Navidad. El nombre de quien me envió este texto se ha perdido, pero sin embargo durante todos estos años lo he conservado con mucho cariño. Lo encontraréis en su versión en color y descargable como documento PDF aquí

Mírame a los ojos, estoy aquí... Diferénciate.


En septiembre de 2008 -en la primera época del blog, cuando se llamaba "Inquietudes de Maimónides" y un servidor escribía bajo un cómodo y protector anonimato- publiqué un post sobre la disposición de las pantallas de ordenador en una consulta médica; las fuentes origen de dicho post las podéis encontrar aquí.

En resumen, en dicho post explicaba las dificultades que podía tener un implantador de un sistema de información sanitario en cuanto a la colocación más idónea de las pantallas de ordenador, buscando el punto medio de ergonomía de trabajo, atención al usuario y metodología de registro.

Si bien desde 2008 ha llovido bastante, la situación no es que haya cambiado tanto: en general en las consultas las pantallas son planas, no representan una barrera visual entre clínico y paciente y la colocación de las mismas suele ser en una de las esquinas -preferentemente a la derecha del profesional- de la mesa.  

Hay algunos casos ejemplares, como pueda ser el del Dr. Salvador Casado, cuya disposición de consulta es que él se sienta al lado del paciente y la pantalla a la vista de los dos, disposición que también se usa en los equipos de atención primaria de SAGESSA en la provincia de Tarragona; en este último caso la disposición nació después de un esfuerzo conjunto entre médicos de familia y psicólogos con el fin de mejorar la atención percibida por los pacientes.

No obstante -si obviamos la sencillez y ergonomía del software- es cierto que muchas veces el paciente percibe que el clínico está más atento a la "pantallita" que no a su problema de salud.

Y nada más lejos de la realidad: el clínico probablemente está luchando por registrar las variables significativas de su caso en su curso clínico, en sus antecedentes, registrando prescripciones o movimientos de IT...

Pero también es cierto que en algunas -pocas- ocasiones la pantalla permite una cómoda "huida", máxime cuando se tienen que comunicar noticias no demasiado buenas.

Y hablo de pantallas porque es lo primero que percibimos como pacientes; hace 15 años atrás, las pantallas no existían, existía la HC de papel, y cumplían también su cuota de atención y de refugio.

Pero en el otro lado está el paciente, "el que padece", el que está obligado por su condición a usar su hemisferio derecho; el que está indefenso; el que se siente dependiente; el que necesita que cuando le comuniquen que tiene un carcinoma de páncreas de tipo 4, que el médico se levante, se siente delante de él, y sea capaz de cogerlo de la mano, de ponerle la mano en el hombro, de abrazarlo... de mirarle a los ojos, de emocionarse; de transmitirle "no es tu lucha, es nuestra lucha. No estás solo. Mis habilidades y mi conocimiento están a tu servicio". 

Y no son palabras, no se necesitan palabras; nuestro lenguaje corporal, las manos, nuestro tono de voz, nuestros ojos... dicen mucho más que miles de palabras.

No es mejor clínico quién sea capaz de diagnosticar y curar más casos; lo es quién consigue en ese proceso la empatía con el paciente y dirigirla de un modo más eficaz a resolver el problema de salud que esté presente.

Y ciertamente, en muchos casos, una parte de las patologías presentes en las consultas, día a día, tienen un origen psicosocial, con lo que a menudo se revela más eficaz una intervención de enfermería o de trabajo social que no la prescripción de principios activos.

En esta lucha habrá batallas que se deban ganar y habrá otras que se deban pelear; pero siempre el paciente debe sentir que estamos a su lado y cuando llegue el final, rendir honores a quienes han luchado.

Para acabar, me gustaría citar al capitán James T. Kirk, comandante del USS Enterprise: "La tripulación del Enterprise siempre ha ido más allá, ha marcado la diferencia... hemos nacido para marcar la diferencia".

Por eso, porque hemos nacido para marcar la diferencia, porque ha llegado el momento de hacer las cosas de un modo diferente para que ya nada vuelva a ser igual, apoyo la iniciativa "Diferénciate", para impulsar y potenciar el lado más humano de la medicina.

Encontrarás más información en la web de la iniciativa, en Facebook y Twitter.

Y tú, ¿quieres ayudarnos a marcar la diferencia?

¡Diferénciate!

P.D. Los ojos de la foto son de mi hija Helena.

Signos de seducción.

A menudo, cuando hablamos de signos de seducción, solemos pensar en aquellos signos que nos dan vía libre para acercarnos a la persona amada, a aquella por la cual suspiramos, por la cual en su presencia se nos acelera el pulso y sentimos mariposas en el estómago.

Bien, a esta persona especial también le gustamos y se inicia la fase del romance, e incluso puede que decidamos libremente convivir con ella; ya sabéis, aquello tan oído y a veces poco comprendido de "en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad...".

Y esos signos permanecen, floreciendo con actos tan sencillos como compartir palabras y silencios, con los ojos brillantes, con las manos entrelazadas, sintiendo a menudo la magia de un abrazo; ser amigo, ser amante y también, ser confidente.

Sin embargo, a veces, se produce una prueba de resistencia, un auténtico tour de force, donde uno de los miembros de la pareja entra en una dinámica de enfermedad crónica que lleva asociado un grado variable de dependencia, con lo que ya no tan sólo jugamos el rol de pareja sino que además empezamos a jugar el rol de cuidador.

Así pues, si nuestra pareja pasa a ser dializada, tendremos que aprender a convivir con su nuevo humor, mucho más agrio y áspero...

En algunos casos, ese nuevo aprendizaje afecta a algunos de los aspectos más íntimos de la pareja.

Qué decir del miedo al rechazo por parte de su pareja que sienten las mujeres sometidas a mastectomía parcial o radical cuando quieren mantener una relación sexual; o del aumento en la frecuencia de contacto sexual por parte de los afectados por tumores de tipo 4, porque cada vez puede ser la última vez; o de los pacientes sometidos a prostatectomía radical o cistectomía y la pérdida, en el 70% de los casos, de la función eréctil, con el desconcierto consiguiente de la pareja...

No hace mucho acudió a mí una amiga mía, cuyo marido había sido sometido a una prostatectomía radical, en busca de consejo, pues llegó a pensar que su pareja ya no la encontraba atractiva, que ya no la quería; le expliqué pacientemente que era un efecto secundario, y que debían pedir consejo profesional pues existían alternativas.

Qué decir de aquellas parejas cuyo compañero o compañera se ve afectado por una patología neurodegenerativa y vive, día a día, su declive, la pérdida de las capacidades aprendidas hasta quedar reducidas a las funciones del cerebro reptiliano.

Vivir esos cambios, sentir la exigencia de una dependencia cada vez mayor, y temer que llegue el día en la que tu pareja te diga “Gracias por cuidarme, pero y tú, ¿quién eres?”, y guardarte las lágrimas porque ves que a quien has amado y amas ya no te reconoce... y es en esos momentos, en los que estás agotado psicológicamente, en los que el cuidador de referencia necesita descansar.

Por eso es importante en estos casos que el equipo que trate al paciente trate también al cuidador, y mediante cuestionarios tipo “Inventario del estado del cuidador” realizar una detección temprana de las situaciones emocionales límites, y mediante los “ingresos por descanso”, dar un respiro de algunos días para que el cuidador se rehaga.

Estar ahí, apoyando, sonriendo, acariciando, abrazando, cuidando... amando en suma, son también signos de seducción, una seducción diferente a la que cualquiera de vosotros, queridos lectores, habríais imaginado antes de empezar a leer este post.

Recuerdo que leí, hace tiempo, la historia de un anciano que acudía cada día a ver a su mujer, paciente de Alzheimer, y alguien le preguntó que por qué iba cada día a verla, si total ya no lo reconocía; el anciano respondió con los ojos húmedos, "porque yo sí la reconozco; porque yo la sigo amando."

Pero la vida sigue, y sea por la patología que fuere, llegamos a una situación terminal.

Y es en esos momentos en los que no hay mejor muestra de amistad, no hay mayor muestra de amor, no existe ningún otro signo de seducción más poderoso que estar sentado a su lado y cogerle la mano mientras llega el final.

P.D.: Agradecer a mi gran amiga Mat Gomà la reflexión que dejó hace unos días en mi muro de Facebook y que ha originado este post. 

Despotismo ilustrado.

En estos días de rosas y miel, en los que asistimos a eventos, comentamos y difundimos aquellas entradas que generan nuestro interés, y en general, nos jaleamos los unos a los otros sin pudor alguno, continúo reflexionando sobre algunas cosas que en su momento generaron un post que sólo algunos entendieron, mientras que otros lo castigaron -quizás justamente- con la mayor de las indiferencias.

Y es que el hecho es que la mayoría de nosotros vivimos instalados en una torre de marfil llamada zona de confort, ajenos al mundanal ruido de la realidad, de lo tangible, construyendo castillos en el aire, generando grandes expectativas que ilusionan, y que al final, por falta de iniciativa, porque quienes las propugaron se inhiben, porque quien detenta poder para cambiar las cosas no lo ejerce, en general, por miedo a perder el cómodo colchón del salario a fin de mes y jirones de su reputación -a algunos de los líderes de la manada de nuestra bien amada blogosfera les pierde la estética y salir bien en la foto-, quedan tantos hermosos cadáveres en el camino como iniciativas fallidas, que, dicho sea de paso, también se han llevado buena parte de nuestras ilusiones.

Por otro lado, me sorprende la preponderancia de quienes agazapados en la cómoda trinchera de la crítica más feroz, y creyéndose por encima del bien y del mal, son incapaces de aportar soluciones y vías de salida -y ojo: probablemente por ello encuentran oídos sordos a sus reiteradas peticiones de diálogo-, porque probablemente descubriríamos con estupor que solucionados los problemas reales que denuncian, encontrarían sin duda otros para mantener su estatus de "luchadores por la libertad", incapaces de evolucionar desde sus posiciones mentales de trinchera.

No quiero hablar de los troll, exiliados o no, cuyo único afán es adquirir notoriedad a costa de quien justamente la detenta, y que lo único que demuestran en su diálogo de sordos es su notoria inmadurez e inexperiencia…

Creamos espectaculares y mediáticas conversaciones en Twitter sobre el impacto del social media en las organizaciones sanitarias teniendo como target el paciente y en ninguna de esas conversaciones he visto nunca a un paciente involucrado y que participe... y lo siento: la frase "todos somos pacientes" rezuma hipocresía; el comportamiento de cualquiera de nosotros delante de la enfermedad es diferente al de un ciudadano "de a pie", pues sabemos usar el sistema y nuestros contactos para nuestro beneficio, y ellos no tienen esa ventaja.

Y en nuestra infinita soberbia, somos incapaces de pensar que si hablamos de pacientes y ellos no acuden a nuestras conversaciones, que quizás y solo quizás, estamos haciendo algo mal... quizás somos incapaces de tender puentes, de generar interés, de hablar su mismo lenguaje.

Nuestra solución pasa por pensar que sabemos lo que quiere el paciente; y pregunto: ¿cómo sabemos lo que quiere el paciente si no le preguntamos... si no hablamos con él?

Creemos pertenecer a una élite de adelantados, de elegidos, nos creemos salidos del muslo de Júpiter y como, insisto, vivimos en nuestra torre de marfil, sólo aceptamos que entren en nuestro particular Valhalla a aquellos nuevos miembros de la comunidad que a priori sabemos que van a jalearnos, que van a ser amables y cuyas aportaciones no nos separen de nuestra virtual poltrona... quizás porque en el fondo, no tenemos la suficiente madurez para aceptar las críticas, ni tan siquiera las constructivas; quizás también tenemos miedo a descubrir que nuestro vecino o vecina virtual sepa más que nosotros y perdamos ascendencia sobre la manada.

No somos tan diferentes de aquellos a quién criticamos, de quién referimos, de los que se aferran a sus posiciones de poder, sean reales o imaginarias, incluso tan sólo sustentadas por un inevitable PowerPoint...

Al final, propugnamos una versión electrónica del despotismo ilustrado, donde hacemos todo por el paciente sin el paciente, y ante las peticiones de éstos, nos comportamos como modernas María Antonieta, mandando dar pasteles 2.0 al pueblo cuando éste nos demanda diálogo, para que parezca que hacemos algo más, para que todo siga igual; y esto es porque ser 2.0 no es usar una determinada herramienta, se trata de actitud, y si en las distancias cortas se practica un discurso plano y monocorde sin derecho a réplica, no se es 2.0: se es otra cosa.

Hablo en el tiempo verbal "nosotros" -primera persona del plural- porque no soy ajeno al estropicio, porque formo parte del entramado y porque también he oído los cantos de sirena de los aduladores, y uno no es de piedra; y lo digo con vergüenza, dolor y amargura.

Creo sinceramente que debemos dar un paso atrás y recuperar los orígenes para poder seguir avanzando.

Creo que, al igual que el amor -entendido de manera transitiva- es dar y recibir, en el 2.0, es hablar y escuchar, compartir y colaborar, es el diálogo... esa es la esencia del "invento", esa es su humildad y su grandeza.

Ese es el camino.

Gracias.

Hoy hace una semana que se celebró TEDxAndorralaVella, y de aquí a unas horas hará una semana que publiqué la transcripción de la TEDTalk: "La magia de un abrazo"...

Desde entonces, miles de personas han visitado, se han emocionado, y han dejado rastro de su emoción en Twitter, en Facebook, por mail, por GTalk... y en persona.

Más de 3000 visitas únicas en poco más de una semana...

A todos ellos, a todos vosotros gracias, de corazón.

Quiero regalaros algo... poned el vídeo en pantalla completa, activad los altavoces y disfrutad con la Patrouille Suisse.


Patrouille Suisse Airpower 2009, Zeltweg Austria from Yannick Barthe on Vimeo.

TEDTalk: La magia de un abrazo.

Este es el guión-transcripción del TEDTalk que ofrecí ayer en TEDxAndorralaVella; está plasmado "as is", como se escribió originalmente.

Espero que disfrutéis tanto como hemos disfrutado Mercè, Montse y yo preparando esta ponencia.



Entre las muchas características distintivas del ser humano, existen dos que merecen a priori nuestra atención en esta velada: la capacidad de raciocinio y la capacidad de emoción.

Casi nada... es una aspiración de todos nosotros el encontrar el adecuado balance entre la razón y la lógica -lo cual nos puede impulsar a alcanzar las más altas cotas técnicas y de conocimiento- y la emoción -que permite que adquiramos consciencia de conceptos como puedan ser la belleza adquirida por algunos de nuestros sentidos o los sentimientos que nos provoca la interacción con otros individuos.

Y es que raciocinio y emoción se basan en un órgano maravilloso y único que es el cerebro humano.

Desde mediados del siglo XIX se vienen haciendo investigaciones sobre el cerebro y más concretamente sobre los hemisferios cerebrales, determinándose que las capacidades vinculadas con el raciocinio estaban situadas en el hemisferio izquierdo, mientras que las capacidades vinculadas con la emoción están situadas en el hemisferio derecho.

Así pues, podríamos pensar que todos los aquí presentes tenemos un perfecto equilibrio entre razón y emoción... ¡pues no!

Cada uno de los aquí presentes es único, irrepetible y maravilloso; y cada uno de los aquí presentes tiene un balance diferente entre los hemisferios derecho e izquierdo, es decir, en todos y cada uno de nosotros existe un hemisferio dominante.

¿Os gustaría saber cuál es vuestro hemisferio dominante? ¿Saber si os domina el hemisferio izquierdo o el derecho?

Existen unos test muy sencillos que, a través de Internet, os permitirán determinar cuál es vuestro hemisferio dominante, con preguntas del tipo “¿miras el reloj constantemente?” o “¿usas muchos gestos para explicar cualquier cosa?”...

Ahora que me habéis visto hablar y moverme un poco, ¿qué creéis? ¿soy derecho o soy izquierdo?

[participación público]

Mi hemisferio dominante es el izquierdo.

Éste es un entretenimiento que puede llegar a considerarse a primera vista como banal, pero que en algunas de las más prestigiosas escuelas de negocios del mundo se usa como método de evaluación de las habilidades de los alumnos.


Pero hay unos casos muy concretos donde el ser humano cambia radicalmente el hemisferio dominante y es cuando éste se ve sometido a situaciones de dolor y enfermedad; es cuando nos convertimos en pacientes, “el que padece”.

Es cuando el hemisferio derecho se convierte en dominante.

En el momento en el que una persona se encuentra ante una situación de dolor, enfermedad o dependencia, automáticamente se pone en una situación en la que se necesita algo mucho más sensorial... las caricias, los abrazos, los besos... hablar en tono tranquilo y amable, y mostrarse cercanos muchas veces marca la diferencia en la percepción de la calidad del trato entre un clínico y un paciente.


La primera idea es que la emoción es importante en la práctica clínica y para ello, me gustaría explicar una historia de Olga Fernández, psicóloga clínica.

Érase una vez... una madre reciente que escribió una carta al servicio de ginecología y obstetricia de un gran hospital barcelonés, una carta que decía así:


"He sido tratada correctamente... enfermeras, médicos, celadores, todos han sido muy correctos conmigo... y todo ha ido bien, los dos estamos bien, no tengo ninguna queja. Sólo hay una cosa: en ningún momento, cuando han tratado conmigo, nadie me ha mirado a los ojos... nadie."

Ese plus de contacto, el buscar la confianza, sentir que te están diciendo la verdad, sentir que no eres un expediente más... esto es lo que buscaba esta madre reciente.

Ya que estamos, ¿Cuántas madres hay en la sala? ¡Levantad el brazo, que os vea!

[participación del público]

Por cierto: esta carta cambió profundamente el funcionamiento de ese servicio.

Como véis, la emoción pesa en el ánimo del paciente, pero no podemos poner en duda el tremendo peso y valor de la tecnología.


Esto nos lleva a la segunda idea, la tecnología médica al servicio de la persona.

En los últimos 200 años, la medicina ha experimentado un gran avance a caballo de otras disciplinas, como puedan ser la química, biología, física nuclear, electrónica o informática, por nombrar las más conocidas...


Y mientras que algunos de los avances no son mediáticos, otros, en cambio, acaparan atención y excitan nuestra imaginación.

Nos podemos impresionar fácilmente con los avances tecnológicos experimentados en este campo: hablar de robótica -quién no ha oído hablar del robot quirúrgico DaVinci-, nanotecnología, medicina personalizada, genómica, virtual physiological human, telemedicina o redes sociales...

Empezamos a creer que en poco tiempo convertiremos patologías mortales en crónicas, y patologías crónicas en agudas... los avances científicos nos dan nuevas armas para combatir las enfermedades como jamás se había logrado hacer en la historia de la humanidad y sin embargo, la tecnología no lo es todo; cada vez aparece de una manera más clara que la auténtica última frontera no es tecnológica, ni clínica, sino humana: el trato con el paciente, más humano, más cercano, con mayor nivel de información, ese es el auténtico reto.

El movimiento de los e-pacientes -donde se busca que el paciente esté informado, sea experto en su enfermedad, comprometido y que comparta la responsabilidad de su proceso asistencial con el equipo de profesionales sanitarios que lo atienden- es sólo una muestra.

Uno de mis ejemplos favoritos donde encajaría este nuevo rol es el de un paciente con cáncer que pudiera estar presente en el seno de un comité de tumores, que es multidisciplinar y es donde se planifica el tratamiento para controlar y erradicar el tumor. Y, sin embargo, en el seno de ese comité se decide el todo o nada sobre la vida de una persona, sin que esa persona ni tan siquiera tenga la opción de poder decidir sobre su vida.


Un día explicaba esta idea a dos mujeres, jóvenes, llenas de vida; una de ellas era de una belleza salvaje, sin más. Al explicar el ejemplo del comité de tumores ella enrojeció violentamente y empezó a hablar.

El año anterior había sido tratada de un linfoma de Hodgkin, un cáncer del sistema linfático. Le hubiera gustado haber estado presente en el seno de ese comité, para poder conocer a fondo su tratamiento y los riesgos asociados.

Durante su hospitalización, ella detectó un error en el número de bolsas de quimioterapia que le iban a administrar, un error que afortunadamente no tuvo consecuencias porque se corrigió antes de la administración.

No era una paciente empoderada, en el sentido que se la da cuando hablamos de un e-paciente, pero si que sintió la necesidad de una mejor y mayor información de la que le dieron. Y tuvo criterio y confianza suficientes como para detectar y advertir de un error en su medicación.


Aquí encadenamos con la tercera idea, toda tecnología tiene sus límites.

En esta historia la paciente tuvo suerte: en un hospital de 300 camas hay una media de 44 incidentes diarios relacionados con medicación, de los que aproximadamente un 16% potencialmente pueden ser mortales. Afortunadamente, muchos de ellos se producen antes de que quien administra dicha medicación los detecte y los corrija.

Si seguimos con las cifras, en 2006, de acuerdo con un estudio de IBM, 98.000 personas murieron en USA por problemas relacionados con sistemas de información sanitarios, mucho más del doble de muertos por cáncer de mama o por accidentes de tráfico en el mismo periodo de tiempo.


Hace 6 años un niño ingresó en un hospital español con un cuadro de infección generalizada; su estado se calificó como grave y se pautó una combinación de antibióticos por vía intravenosa.

Pero el niño no respondía al tratamiento, así que se aumentó la dosis de antibiótico; el estado del niño empeoraba y los médicos no entendían que era lo que pasaba, hasta que uno de ellos decidió hacer la trazabilidad desde la prescripción hasta la administración del medicamento.

Cuando esa prescripción electrónica llegaba a la farmacia del hospital, lo hacía con sólo una tercera parte de la dosis prescrita originalmente por el médico; se prescribió la dosis manualmente y el niño al recibir la dosis adecuada de antibiótico, se recuperó.

Nunca quedó claro si el problema fue debido a la programación, por introducir una regla automática de corrección, supuestamente para proteger a los pacientes, o un problema del software de base.


Historia terrible, sin duda, que afortunadamente acabó bien, y que nos permite enlazar con la cuarta y última idea, la última frontera, la muerte.

En un haiku del gran Matsuo Basho se dice: “Sólo se vive dos veces: cuando se nace y cuando se ve la muerte de cara”.

La muerte... qué poco sabemos de ella, cuánto la ignoramos, y sin embargo, con el estado actual de la tecnología, no podemos hacer más que retrasarla.

Para los médicos, algunas veces, es muy difícil establecer el balance de cuando vale la pena luchar y cuando vale la pena parar, porque a menudo luchar no aporta nada en la calidad de vida del paciente, más bien al contrario, más dolor y sufrimiento.


Historias de ancianos en estado terminal, y que en aras de intentar volver a burlar a la muerte, sus familiares los llevan a los servicios de Urgencias, con el resultado que tras haberle hecho un TAC, una placa de tórax, una analítica y estando a la espera de los resultados, a menudo mueren solos, ya sea en el box de urgencias o en el peor de los casos, en una camilla a la vista de todos, cuando sería mucho más humano que un enfermero o enfermera experto en curas paliativas lo acompañara en ese proceso en su casa, aportando al paciente serenidad y dignidad, y la posibilidad de despedirse de los suyos antes de morir.

También pasa con los pacientes ya ingresados: cuando el personal sanitario detecta la inevitabilidad de la muerte, sólo le dicen al acompañante que les avisen y cierran la puerta de la habitación.

Me gustaría explicaros otra historia, de una enfermera de curas paliativas, Rosa Pérez.


Érase una vez un niño de 11 años, con leucemia... estaba bastante mal.

El niño le decía a Rosa que era su novia: ella era jovencita, tenía 27 años y cuando entraba en la habitación, le decía a los padres que era su novia y ellos salían, dejándolos solos.

"¿Sabes?", le decía el niño, "hay cosas que quiero preguntarte, cosas que no puedo preguntar a mis padres..."

Le preguntaba "¿Qué hay más allá?", "¿Cómo será?", “¿Dolerá?” y otros preguntas, preguntas que sólo un niño puede hacer...

Hubo un día que ese niño le hizo una reflexión: "¿sabes?, hay cosas que yo no llegaré a hacer nunca..." y ella le dijo "Pues haz una lista, y alguien las hará por tí..."

El niño le dijo: "¡Lo harás tú!" y ella asintió.

En la lista, poco a poco, aparecieron cosas diversas... crecer, viajar, volar en globo... enamorarse...

El día en que el niño murió, Rosa no estaba allí, pero durante mucho tiempo después, ella mantuvo el contacto con los padres de ese niño.

Quiero deciros que ese niño no estaba solo, no se sintió solo en ningún momento: Rosa le acompañó, le acarició, le abrazó... ese niño sintió la magia de un abrazo.


Me gustaría hacer un experimento... quiero que experimentéis la magia de un abrazo.

Por favor, levantaos y abrazaos... abrazaos sin miedo: ahora más que nunca necesitáis ese abrazo. No os importe si no conocéis a quién tenéis al lado. Él también necesita ese abrazo.

[animar a que el público se levante y se abrace]

Quiero que sintáis la magia de un abrazo: sentid el calor y bienestar de la caricia... sentid que no estáis solos.

¿Lo sentís? Es una sensación agradable, ¿verdad?

Al nacer y al morir es cuando estamos absolutamente solos, y esto significa que mientras vivamos, siempre tendremos cerca a quienes nos puedan aportar una caricia, un abrazo, un beso...


Para acabar, una última reflexión: No existe ninguna tecnología actual que pueda suplir la calidez de un abrazo, el afecto de una caricia, el fulgor de una mirada... cosas que también un paciente, "el que padece", también necesita para su tratamiento; en realidad paciente o no, todos necesitamos de ello.


Ellas son Mercè Bonjorn y Montse Carrasco, quienes me han ayudado a preparar esta TEDTalk, y yo soy Rafael Pardo.

Muchas gracias a todos y gracias por estar aquí.

Crowdsourcing en el siglo XIX.

NASA: TOPEX/Poseidon: Revealing hidden tidal energy
Hace unos meses, leyendo FierceCIO, tropecé con este artículo, "How the Victorians solved data challenges", cuyo origen es "Lessons of the Victorian data revolution.". 

El artículo de FierceCIO es el que provocó mi curiosidad y es pues el origen de mi post "Cuatro amigos que cambiaron el mundo.".

Copio el primer párrafo del artículo de FierceCIO en cuestión:

"Data management seems like a very modern problem, but the difficulty inherent in maximizing the value of information is not new. Some of today's data challenges have counterparts in the Victorian Age, and we can learn from reviewing that history, writes Pete Warden in a post at O'Reilly Radar."

Pongámonos en contexto: En el siglo XIX, el Imperio Británico basa su poder en una colosal armada y una no menos colosal flota de la marina mercante, pero para los capitanes de esos buques era enormemente costoso el procedimiento de atraque / amarre en puerto porque la información relevante para la seguridad de dichas maniobras residía en los capitanes de puerto: por ejemplo, la información sobre las mareas.

Los capitanes de puerto sólo compartían esta información con quien estuviera dispuesto a pagar por ella, lo cual encarecía el coste de transporte de los productos que transportaban los mercantes y dificultaba que pudiera ser compartido dicho conocimiento a gran escala, hasta que William Whewell -¿os acordáis de él?- idea un sistema para poder compartir el conocimiento sobre el estado y comportamiento de las mareas a escala mundial: con el soporte del Gobierno, envía cientos de voluntarios a los principales puertos del mundo, con instrucciones de registrar el movimiento de las mareas y que dicha información le sea devuelta a él, lo que le permitirá crear un mapa parecido al más moderno que se muestra al inicio del post -éste de aquí generado por la NASA-.

Crowdsourcing... los retos a los que se enfrentaron aquellos hombres no fueron muy diferentes a los que nos enfrentamos en la actualidad, dónde buscamos cada vez más open data, y nos encontramos con las mismas resistencias que se encontraron ellos.

La lección que aprendieron es que consiguieron arrebatar el control de los datos de las mareas, pero para justificar su existencia los capitanes de puerto guardaron con especial celo otros datos, como podía ser los relativos a corrientes o las maniobras a realizar para sortear bancos de arena.

Una historia que probablemente muchos de vosotros habréis vivido en otros ámbitos.

Cuatro amigos que cambiaron el mundo.

El martes pasado estuve en Andorra con uno de mis mejores amigos, Albert, una persona muy inteligente y sabia que cultiva el arte de la conversación como nadie y del que no deja de asombrarme su insaciable curiosidad y su capacidad y valentía para hacer aquellas preguntas que todos pensamos y que, en cambio, no nos atrevemos a hacer. 

Cuando conversamos, el tiempo sencillamente se detiene, pues exploramos constantemente nuevos temas de conversación, intercambiamos inquietudes, intercambiamos conocimiento.

Así, el martes repasamos conjuntamente la actualidad económica, sanidad España vs Andorra, escasez de metales raros que impactarán en la fabricación de gadgets tecnológicos, nuevas fronteras, control de natalidad vs emigración al espacio vs triaje, cambio climático -y una atrevida propuesta de cambiar el eje de rotación del planeta- y muchas otras cosas que no vienen  a cuento y que pertenecen a la esfera más privada e íntima de dos buenos amigos.

La verdad es que este tipo de conversación -a medio camino entre la tertúlia y el brainstorming, con fundamento filosófico, moral y científico- que me encanta practicar, no tengo demasiadas ocasiones de cultivarlo y hay muy pocas personas con las que puedo tener confianza para mantener esta clase de intercambio; quizás haya más personas en mi entorno inmediato con las que pueda mantener este tipo de conversaciones; pero también es cierto que hasta hace poco no he podido disfrutar del valioso y necesario ingrediente que es el tiempo, como para tejer el entorno de complicidad necesario que dé paso a un intercambio franco y fluído de conocimiento, así que tengo esperanza -más que razonable- de encontrar más compañer@s que gusten de la conversación.

He compartido momentos así con Montse -catalizadores y social media, pero también cine y literatura, de verbo preciso usado con el arte y delicadeza de un orfebre, su conocimiento no tiene fin-; Mercè -antológico su conocimiento de Richard Dawkins y su obra, con un verbo profundo, inteligente y de ideación poderosa-; Rosa -una combinación explosiva de enfermera y antropóloga, de verbo directo y vibrante, de opiniones atrevidas sobre Eros y Tánatos-; o Francesca -de gran cultura, cuyo uso excepcional del lenguaje le permite, usando palabras engañosamente escogidas al azar, decorar los sentimientos más profundos con la más bella policromía-...

Hago esta introducción porque estaba preparando un post sobre crowdsourcing -que a buen segur va a sorprender a más de uno- cuando he tropezado con este libro, que me ha fascinado, cuya cubierta ilustra este post.

"The philosophical breakfast club" narra la historia de cuatro hombres en la Inglaterra de la primera mitad del siglo XIX, en plena era victoriana, todos formados en Cambridge y herederos espirituales de Sir Francis Bacon, otro ilustre alumno de la misma universidad, que tejieron unos fortísimos lazos de amistad. tanto, que incluso en algún caso esos lazos se convirtieron en familiares.

Les gustaba practicar el arte de la conversación, y también la buena comida, así que decidieron crear este club, reuniéndose los domingos por la mañana para saborear las más deliciosas viandas al mismo tiempo que practicaban el intercambio de conocimiento, con más énfasis en todo lo relacionado con religión, ciencia y sociedad.

Hablemos de ellos: ¿quiénes eran y qué hicieron?

El primero de ellos era William Whewell, un hombre polifacético, matemático de formación pero filósofo por convicción. Whewell acuñó el término "científico" en 1833, sugirió al geólogo Charles Lyell los nombres de las eras históricas "Eoceno", "Plioceno", y "Mioceno" y le enseñó a Michael Faraday los términos "ión", "cátodo" y "ánodo". Siendo profesor de mineralogía, escribió un libro sobre método científico que inspiró a un joven llamado Charles Darwin. Por si fuera poco, es el precursor de la ciencia del estudio de las mareas y del análisis matemático de la economía, e introdujo el estudio de las ciencias naturales como un grado universitario.

El segundo, Charles Babbage, matemático e ingeniero, en su búsqueda para diseñar y construir una máquina que pudiese ejecutar operaciones matemáticas a gran velocidad, sentó las bases de la informática moderna, de modo genérico se le considera el padre del ordenador. Llegó a crear la máquina diferencial, y trabajó en el diseño de una máquina analítica. Cabe decir que en los años 90 del siglo pasado, se construyeron dichas máquinas siguiendo los planos de Babbage, funcionando perfectamente, incluso con un módulo de impresión que era capaz de cambiar de tipografías, el espacio entre líneas...

El tercero, John Herschel -hijo de William Herschel, el descubridor del planeta Urano-, notable como químico y matemático, sobresalió como astrónomo -cartografió las estrellas del Hemisferio Sur y creó un extenso catálogo de nebulosas- y se le considera coautor de la fotografía moderna.

Y el cuarto, Richard Jones, quizás el menos brillante del cuarteto, sentó las bases académicas de la economía moderna, e influenció las ideas de protección social de John Stuart Mills y Karl Marx.

Por separado, cualquiera de los cuatro era capaz de brillar con luz propia: pero deciden ir un punto más allá.

Desde el principio, los cuatro compartieron dos convicciones:
  1. La ciencia debe basarse en una observación cuidadosa y en unas métricas exactas, que deberían beneficiar a la Humanidad.
  2. Dando ejemplo, con una energía asombrosa y siendo muy pedagógicos, ayudaron a que la ciencia pasase de ser un hobby a ser una profesión.
Y para ello no dudaron en efectuar acciones divulgativas, en buscar fondos para financiar sus investigaciones, incluso pusieron los cimientos de la colaboración multidisciplinar, porque entendieron que métodos y herramientas de una disciplina como podía ser la mineralogía, podían ser aplicados con éxito en una disciplina como podía ser la economía, lo cual requería trabajo en equipo.

Pero no tan sólo eran científicos excepcionales: tenían un concepto de la amistad -como comentaba anteriormente- extraordinario.

Por ejemplo, después de las reuniones, entre John Herschel y Charles Babbage se cruzaban cartas con la firma "Yours till death / shall stop my breath" (tuyo hasta la muerte / hasta mi último aliento). Siempre buscaban verse cuando podían, aún teniendo en cuenta que vivían en una época heroica y que el transporte no era ni mucho menos como el que existe en la actualidad. Y si estaban separados se escribían cientos de cartas entre ellos, alguna vez con emoción contenida, siempre animándose, a menudo misivas apasionadas.

Revolucionaron la ciencia y de paso cambiaron el mundo, no tanto por la suma de sus ideas y de su innegable talento, sino porque lo hicieron por amistad.

P.D. Este post va dedicado a alguien que está sumido en un pozo profundo, que ha tenido la valentía y el coraje de pedir ayuda. A esta persona especial, única, maravillosa, irrepetible: Vuelve. Te esperamos. Te necesitamos.

TEDxAndorralaVella

A finales de junio de 2011, un sábado si no recuerdo mal, recibí un mensaje de mi amiga Pilar Zúñiga, en el que me pedía si conocía a algún profesional del sector sanitario que pudiese explicar historias de sanidad, pero no desde un punto de vista técnico o científico sino desde un punto de vista humano... también me dijo que podía ser yo quién explicase ese tipo de historias.

Pilar es curator de TEDxAndorralaVella.

Por supuesto, acepté, y envié una propuesta de TEDTalk, junto con links al blog y a vídeos y audios de algunas presentaciones que hice en el pasado.

La noche del 6 de julio de 2011, mientras cenábamos en Barcelona con ePatient Dave, cuyo vídeo "Let the patients help" que recoge su intervención en TEDxMaastricht ha generado centenares de miles de visionados, en Andorra el comité organizador de TEDxAndorralaVella dió luz verde a mi participación en el evento, que se celebrará el 20 de octubre.

A partir de ahí recabé la ayuda de mis grandes amigas y expertas comunicadoras Montse Carrasco y Mercè Bonjorn, creando un Team TEDxAnd para preparar mi intervención, esto es, discurso, slides, vestuario, mise en scène... su ayuda ha sido decisiva y ellas, desde sus respectivos blog, os podrán dar más claves sobre cómo se prepara una TEDTalk.

A día de hoy, está ya todo preparado, a falta de algún retoque y de los ensayos: cronometraje, gestos, miradas, movimientos sobre el escenario...

Como ya es habitual, para adquirir el carácter necesario para transmitir la emoción al público, he creado una lista Spotify con la música que escucharé en las horas previas al evento.

Por otro lado, está previsto que haya streaming y grabación del video de la intervención... y de momento, hasta aquí puedo leer.

One more thing...

La TEDTalk se llamará "La magia de un abrazo".

Enjoy it!

Acoso.

Algunas veces, en un ejercicio que podría fácilmente tacharse de narcisista, releo alguno de mis posts. 

He escrito sobre tantos temas que muchas veces, a partir de alguna información que me acaba de llegar, aquello que escribí hace un tiempo me sirve como punto de partida para reformular una determinada idea o concepto.

Ayer estuve revisando "El visitador médico del futuro", un post muy especial, y en el que como introducción al concepto que queria ilustrar mencioné un relato de verano de Julio Mayol.

En este relato se desarrolla un ejercicio de "fast seduction" en un entorno professional y que a tenor de lo leído, es consentido por ambas partes hasta que una de ellas declara que es "big pharma". Aunque no venga a cuento, la descripción del lugar donde transcurre la acción del relato me recuerda poderosamente a un evento que tuvo lugar en un sitio idéntico al descrito, en el que yo estuve, así que cabe la posibilidad de que llegara a pasar... :-)

Y es que el relato muestra una realidad, que es que en entorno profesional se pueden llegar a producir relaciones más personales, en las que las dos partes, se conocen, poco a poco entran en la dinámica de galanteo y flirt, y quién sabe cuál puede ser el final. ;-)

En estos casos es mejor fijarse en el viaje y no pensar en cómo acabará; pero también sucede en que hay una de las partes que preferiría tener una relación más personal mientras que la otra parte prefiere no pasar del profesional; afortunadamente la mayoría de las veces la parte que persigue un nuevo nivel de relación reconoce los signos, y como dije en uno de mis post más leídos -ha generado el 70% de las visitas a mi blog desde 2008-, "no es no."

Desgraciadamente hay una minoría que insiste, sin darse por aludid@ o vencid@...

También os explicaré un relato.

P. es un business senior consultant, especializado en eHealth. Trabaja en una multinacional, y lo envían a un centro hospitalario de referencia para un trabajo de consultoría estratégica. P. es culto, inteligente, empático y amable, con un sentido del humor entre irónico y sarcástico.

La dirección del centro le asigna como interlocutor a M., médico, ejecutiva, madura, culta, inteligente y... atractiva.

Empiezan a trabajar juntos y M., a las pocas sesiones, empieza a lanzar indirectas a P. Él prefiere no darse por enterado y sigue realizando su trabajo con la máxima profesionalidad.

Un día M. lo llama a su despacho, P. entra y ella cierra la puerta tras él.

Ella le pide que se siente, e inicia la conversación con un tema que tiene relación con el trabajo.

Él le contesta, muy profesional.

M. le dice que le gusta las cosas que P. dice y cómo las dice, y le pregunta si no le gustaría trabajar con ella.

Él le contesta que prefiere trabajar en una empresa antes que en un hospital, mientras piensa desesperadamente cómo puede salir de allí, así que balbucea una excusa, se levanta y se dispone a salir.

Ella se levanta a su vez, se interpone entre él y la puerta, y mirándole fijamente a los ojos, empieza a gemir. 

P. queda paralizado de terror.

M. sigue sin dejar de gemir, mirándolo provocativamente, da la vuelta, comiéndoselo con los ojos, repasándolo lentamente de arriba a abajo.

P., muy nervioso, apenas atina a coger el picaporte de aquel despacho y salir. 

P. aún no lo sabe, pero su carrera en aquella empresa se acaba de terminar. 

P. habla por teléfono con su superior inmediato y le pide una entrevista urgente en la sede de la empresa.

A la mañana siguiente, P. le explica a su jefe lo sucedido, y el jefe, con una sonrisa, le dice "que se relaje y disfrute". P. no puede dar crédito a sus oídos.

Vuelve al hospital, pero aprecia un cambio en M.: dónde antes había facilidades, ahora hay oposición; dónde antes había parabienes, ahora hay quejas; hasta que un buen día P. es retirado del proyecto a instancias del cliente.

A los pocos meses, P. se ve obligado a abandonar la empresa para la que trabajaba. El proyecto siguió.

Es una historia real. 

No RCP: ¿Lo harías?

Ayer al mediodía, mientras esperaba a oír el espacio de radio de Pilar Zúñiga, TocamElsWebs, estuve haciendo tiempo oyendo Radio Andorra.

En un momento de la transmisión se explicó, muy por encima, la historia de una jubilada de 81 años, sin más problema de salud que una diabetes, que se había tatuado en el pecho "Do not resuscitate".

Lo twitteé, y rápidamente Inés y Olga me dijeron que sí, que era cierto, y que lo habían visto, pasándome el link de una publicación mejicana.

Rápidamente puse a Google a trabajar y encontré otras fuentes, como el Daily Mail o la BBC.

Siguiendo el hilo de la notícia de la BBC, encontré otra anciana, enfermera retirada de 85 años, con el tatuaje que ilustra este post.

Volviendo a nuestra jubilada de 81 años, no tiene un tatuaje: tiene dos.

Al parecer, quiso asegurarse de que leían el mensaje del pecho, así que se tatuó en la espalda "P.T.O." (please turn over - por favor, dénme la vuelta) y una flecha...

Si como parece, estas dos personas quieren asegurarse que no las someten a RCP, y que probablemente un equipo de emergencias médicas o un servicio de urgencias de un hospital primero salvarán la vida y después mirarán el Registro de Voluntades Anticipadas, ¿es éste un medio lícito de informar al equipo que intentará salvarles la vida de que no lo hagan?

Un tatuaje, tal como nos explica en este estupendo post la Dra. María José Alonso, no se puede eliminar de una manera simple.

Podemos pensar que estas dos personas no se han tatuado este mensaje a la ligera.

Por otro lado, y dada la casi imposibilidad de modificar un tatuaje, y la gran dificultad para borrarlo, ¿se puede asumir que un tatuaje en la piel humana equivale a un documento?

Y si así fuere, clínicos que estáis en equipos de urgencias o emergencias médicas, ¿qué haríais si se os presenta un caso como estos que he descrito aquí?

Táctica.

En muchas ocasiones hemos visto deportes de equipo en acción, tanto los más usuales como fútbol, baloncesto, balonmano, waterpolo o hockey, como otros que no lo son tanto como pudieran ser voleibol, fútbol americano o fútbol sala.

Como espectadores "de a pie" contemplamos los enfrentamientos, seguramente tomando partido y disfrutando de diferentes lances de juego, de la anotación de puntos en forma de goles o canastas, y sufriendo cuando la suerte es adversa a "nuestros" colores.

Pero hay un grupo más reducido de entendidos, que aprecian de las interioridades del juego, de la estrategia usada, de la posición de los jugadores: en suma, de adoradores de las tácticas.

El principio de funcionamiento, con la salvedad del número de jugadores, miembro u objeto con que se golpea la pelota, campo de juego y reglas específicas, es introducir la pelota en algún tipo de recinto (canasta, portería) para anotar un tanto.

Para ello se usan tácticas condicionadas por los factores enumerados en el párrafo anterior, en la que se busca siempre la espalda del adversario con el fin de adquirir ventaja posicional y conseguir el tanto.

Si nos fijamos, para adquirir dicha ventaja posicional la pelota debería cruzar la línea imaginaria que trazarían los dos o más adversarios más cercanos al jugador que tiene la pelota, y esto lo que significa es que dicho jugador enviará la pelota al hueco dejado por ellos, con el fin que otro jugador del mismo equipo pueda recoger la pelota y continuar con la acción ofensiva.

Si el jugador que ejecuta el movimiento para adquirir ventaja con la pelota a la espada del adversario es percibido por éste como el más peligroso, incisivo y desequilibrante, probablemente y aún sin pelota, merecerá la atención de uno o más adversarios, produciéndose el efecto de "arrastrar" a la línea de defensa y creando huecos adicionales por donde nuestro equipo puede jugar con más comodidad.

Muchas veces las anotaciones de tantos vienen dados por movimientos previos sin balón, que desarbolan la defensa y permite que el resto del equipo pueda culminar con éxito la jugada.

Este tipo de tácticas tiene su origen en la técnica militar, así pues "buscar la espalda" podríamos sustituirlo por rodear al enemigo, "jugar sin balón para arrastrar" sería una táctica de engaño, y así sucesivamente.

Efectivamente, quien mejor táctica tiene, quien mejor juega es normalmente quien gana los partidos; al usar el mismo conjunto de tácticas los detalles pesan y mucho; si todos usan la misma táctica dificilmente se detecta las diferencias; la única manera de diferenciarse es innovando constantemente la táctica, convirtiendo de paso a nuestro equipo en invencible.

Así pues, cuando trasladamos estas tácticas, técnicas y estrategias al terreno más convencional de una organización en un entorno tremendamente competitivo como el actual, el dicho de la innovación sigue siendo el mismo.

No basta con sacar una nueva molécula, con crear un nuevo procedimiento quirúrgico, con crear un sistema de información maravilloso: hay que "crear huecos" en las mentes de nuestros clientes (aka adversarios) para que sean mas receptivos a nuestras propuestas, y, por tanto, allá donde podía existir resistencia a la comunicación convencional, hay que dar una vuelta de tuerca más y ensayar el uso de técnicas basadas en el diálogo, en la comunicación entre pares, en un plano de igualdad y transparencia y sobre todo escuchando activamente. 

No hay defensa que pueda resistir un diálogo constructivo entre pares; ésta es la esencia del 2.0.