Fuente: Energy Harvesting - Royal Jelly |
Muchas veces hablamos de diferentes soluciones técnicas para poder desplegar soluciones reales de telemedicina - telemonitorización, incluso, podemos plantearnos temas como la sostenibilidad económica de este tipo de servicios desplegados en un territorio dado, pero de lo que poco o muy poco hablamos es de los límites de este tipo de servicios.
Debe quedar claro que los servicios de telemonitorización pueden ayudar a mejorar la calidad de vida del paciente crónico, incluso pueden incluir algoritmos para poder prevenir con antelación una agudización de su proceso, pero lo que no pueden evitar es que en caso de una situación extrema de riesgo vital es esa misma situación extrema... llegarán las señales al CRM, el CRM alertará a emergencias médicas, pero los equipos de emergencias médicas tardarán el mismo tiempo en llegar junto al paciente para auxiliarlo, exactamente el mismo que si el paciente no estuviera monitorizado; y en estos casos el consentimento informado es la herramienta jurídica que permite cubrir esta contingencia, pues el paciente está enterado de este límite.
También es cierto que en estos momentos los servicios de telemonitorización se dan en base geográfica: en un radio de n kilómetros en torno a un hospital de referencia. ¿Y qué pasa cuando, como resultado de una mejora en las condiciones de vida del paciente crónico, que puede que use como elemento concentrador de señales biomédicas un smartphone, decida emprender un viaje fuera del ámbito geográfico del servicio para visitar a un familiar?
Las señales llegarán, pero al estar fuera del ámbito geográfico el servicio puede quedar cojo: faltaría añadir una capa de integración para que el servicio fuera completado sin importar la localización geográfica del paciente: el famoso "roaming" de la telefonía móvil aplicado a soluciones de telemonitorización: ¿por qué un paciente andaluz monitorizado con smartphone, ante una alarma recogida en su hospital de referencia, no puede enrutar la información básica y la priorización de cita a un especialista del hospital más cercano a su residencia, no importa en qué comunidad autónoma esté?
Es un problema de integración que estamos ahora mismo muy lejos de resolver de una manera satisfactoria.
Pero estos problemas más o menos se pueden intuir, más hay otros que quizás por evidentes permanecen invisibles a los ojos de los que estamos involucrados en el sector.
Me refiero a la alimentación eléctrica.
Podemos hacer maravillas, medir lo imposible, prever lo increíble, pero si el paciente se olvida de cargar la batería del smartphone o de los sensores que tenga asociados, el sistema llegará un momento que no funcionará.
En situaciones de dependencia, ya sea física o cognitiva, el problema se agudiza.
Por tanto se tienen que pensar en conjuntos "wearables", es decir, integrados con más o menos gracia en la ropa del paciente y que sean autónomos desde el punto de vista de energía.
Por tanto nos vemos abocados al energy harvesting.
Este conjunto de tecnologías permite el conseguir captar energía y almacenarla para alimentar dispositivos electrónicos de bajo consumo.
En el caso de telemonitorización, del conjunto de tecnologías disponibles, parece que hay tres que pueden destacar en cuanto a rendimiento y portabilidad:
- Dispositivos termoeléctricos, que generan energía eléctrica a partir del calor corporal.
- Dispositivos fotovoltaicos, que generan energía eléctrica a partir de la luz solar.
- Dispositivos radioeléctricos, que generan energía eléctrica a partir de las ondas de radio presentes en nuestra vida diaria, como puedan ser las de las estaciones base de telefonía móvil, WiFi, TV o radio, u otras.
Sea cual sea la tecnología de generación seleccionada, la innovación estriba en conseguir un conjunto de smartphone / sensores con el mínimo consumo de energía a igualdad de prestaciones, y que permita la total autonomía del paciente con respecto al enchufe de la pared.
El reto está servido.
P.D. En la imagen, un diseño conceptual de la UC Berkeley para generar energía a partir de una sonrisa.