Esta mañana he enviado el mail de despedida a mis compañeros, a la gente que admiro y estimo, a los compañeros de este maravilloso viaje que ha durado dos años y pico, y que mañana toca a su fin.
La verdad es que considero que el mail me ha quedado muy sentido, así que os lo copio aquí para que podáis sentir la intensa emoción que he vivido al escribirlo...
Hola a tod@s,
es muy complicado describir lo que siento en estos momentos...
Mañana es mi último día.
¿Culpables? No los hay, son circunstancias que pasan y que se deben asumir del modo más maduro y profesional posible... no hay lugar en mi mente para enfado ni rencor, sino tan sólo de profundo agradecimiento.
Si, es cierto... el lunes que viene ya no estaré, ni vosotros podréis disfrutar de mi compañía ni yo de la vuestra.
Debo decir que os echaré de menos...
Aún recuerdo la ilusión con la que me incorporé, mi primera (y única) entrevista con Vanesa y Sandra y el cálido recibimiento que me dispensó Thomas.
No ha sido fácil, trabajar para mí tiene un componente lúdico, pero no exento de grandes alegrías, de grandes tristezas y porque no, de alguna lágrima... hemos reído juntos, hemos sufrido juntos, y también hemos llorado juntos.
Si, os echaré de menos, a todos y cada uno de vosotros.
Echaré en falta la mirada de niño travieso de Marc, la dureza y al mismo tiempo, ternura, que emana de Joan Carles, la cara traviesa de Blanca, el sarcasmo de Miriam, la dulzura de Yolanda o el delicioso taconeo de Sílvia... y me dejo a mucha gente, lo sé, todos sois magníficas personas.
No os preocupéis por mi, pues el lunes inicio una nueva aventura que creo me va a llenar de grandes satisfacciones...
Por supuesto, me gustaría seguir en contacto con todos y cada uno de vosotros.
Me gustaría compartir con vosotros dos fragmentos de "Ítaca", de Konstantin Kavafis, que creo apropiados para la ocasión:
La verdad es que considero que el mail me ha quedado muy sentido, así que os lo copio aquí para que podáis sentir la intensa emoción que he vivido al escribirlo...
Hola a tod@s,
es muy complicado describir lo que siento en estos momentos...
Mañana es mi último día.
¿Culpables? No los hay, son circunstancias que pasan y que se deben asumir del modo más maduro y profesional posible... no hay lugar en mi mente para enfado ni rencor, sino tan sólo de profundo agradecimiento.
Si, es cierto... el lunes que viene ya no estaré, ni vosotros podréis disfrutar de mi compañía ni yo de la vuestra.
Debo decir que os echaré de menos...
Aún recuerdo la ilusión con la que me incorporé, mi primera (y única) entrevista con Vanesa y Sandra y el cálido recibimiento que me dispensó Thomas.
No ha sido fácil, trabajar para mí tiene un componente lúdico, pero no exento de grandes alegrías, de grandes tristezas y porque no, de alguna lágrima... hemos reído juntos, hemos sufrido juntos, y también hemos llorado juntos.
Si, os echaré de menos, a todos y cada uno de vosotros.
Echaré en falta la mirada de niño travieso de Marc, la dureza y al mismo tiempo, ternura, que emana de Joan Carles, la cara traviesa de Blanca, el sarcasmo de Miriam, la dulzura de Yolanda o el delicioso taconeo de Sílvia... y me dejo a mucha gente, lo sé, todos sois magníficas personas.
No os preocupéis por mi, pues el lunes inicio una nueva aventura que creo me va a llenar de grandes satisfacciones...
Por supuesto, me gustaría seguir en contacto con todos y cada uno de vosotros.
Me gustaría compartir con vosotros dos fragmentos de "Ítaca", de Konstantin Kavafis, que creo apropiados para la ocasión:
"Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas."
"Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino."
Un jirón de mi alma, un pedazo de mi corazón, siempre yacerán enterrados entre los muros del imponente edificio 22@...
No os olvidaré nunca.
Gracias por todo.
Un abrazo,
Rafa