El otro día, Marcelo, el "inspirador" del post "Sobre el uso del lenguaje", me preguntaba cuál era mi técnica para escribir los posts.
En otros casos, diferentes personas conocedoras de mi actividad "bloggera", se sorprenden del ritmo, extensión y frecuencia de los posts.
No tengo un esquema definido de posts, ni, a priori, sé lo que voy a postear próximamente.
De hecho, mantengo un documento, "Temas próximos posts" en la que tengo ideas y links que pienso que, en algún momento, pueden ser fuente de inspiración... y hay veces que lo son, pero no siempre.
Normalmente mi "modus operandi" está basado en información que llega a mis manos de las más variadas maneras, como puede ser por ejemplo alguna conversación con un compañero, la lectura de alguno de los blogs de referencia, revistas y prensa diaria, mi propia experiencia... e inconscientemente filtro y descarto aquello que no merece mi atención.
Antes de escribir, debo "sentir la historia", conocer con precisión el qué explico y el cómo lo explico.
Por ejemplo, pensaba escribir algo (y de hecho he iniciado) un post sobre el foro de HCE que tuvo lugar los días 2 y 3 de diciembre en Madrid, pero noto que la estructura del escrito "está verde", y por eso lo voy a dejar madurar más... e incluso puede ser que nunca vea la luz.
Sé que hay bloggers que se obligan al post diario, corriendo el riesgo de que el blog pierda interés, pues no siempre es posible encontrar temas diarios que despierten el interés del lector y que se puedan desarrollar con calidad... es posible que sólo vivan del blog. ;-)
En mi caso escribo cuando creo que tengo algo que contar.
Y uso el poco tiempo disponible que tengo para escribir: mis trayectos en tren, las noches tras acostar a mis hijas, algún (no todos) fin de semana...
Para mí es un esfuerzo que me produce satisfacción.
En otros casos, diferentes personas conocedoras de mi actividad "bloggera", se sorprenden del ritmo, extensión y frecuencia de los posts.
No tengo un esquema definido de posts, ni, a priori, sé lo que voy a postear próximamente.
De hecho, mantengo un documento, "Temas próximos posts" en la que tengo ideas y links que pienso que, en algún momento, pueden ser fuente de inspiración... y hay veces que lo son, pero no siempre.
Normalmente mi "modus operandi" está basado en información que llega a mis manos de las más variadas maneras, como puede ser por ejemplo alguna conversación con un compañero, la lectura de alguno de los blogs de referencia, revistas y prensa diaria, mi propia experiencia... e inconscientemente filtro y descarto aquello que no merece mi atención.
Antes de escribir, debo "sentir la historia", conocer con precisión el qué explico y el cómo lo explico.
Por ejemplo, pensaba escribir algo (y de hecho he iniciado) un post sobre el foro de HCE que tuvo lugar los días 2 y 3 de diciembre en Madrid, pero noto que la estructura del escrito "está verde", y por eso lo voy a dejar madurar más... e incluso puede ser que nunca vea la luz.
Sé que hay bloggers que se obligan al post diario, corriendo el riesgo de que el blog pierda interés, pues no siempre es posible encontrar temas diarios que despierten el interés del lector y que se puedan desarrollar con calidad... es posible que sólo vivan del blog. ;-)
En mi caso escribo cuando creo que tengo algo que contar.
Y uso el poco tiempo disponible que tengo para escribir: mis trayectos en tren, las noches tras acostar a mis hijas, algún (no todos) fin de semana...
Para mí es un esfuerzo que me produce satisfacción.