Un lector, “Anónimo”, expresaba que tras leer el blog, y comprobar el nulo poder de convocatoria del mismo, me preguntaba si no sería mejor llevar un diario tradicional…
La respuesta a esto, estimado Anónimo, es compleja.
Me gustaría hablarte primero del miedo.
Al ser un profesional conocido en el sector, procuré sobre todo preservar mi identidad para que la institución donde trabajo no pudiera tomar represalias, como en otras instituciones ha ocurrido con personas que, como yo, decidieron hacer públicas sus inquietudes…
Ya ves, Anónimo, que el contenido es bastante inocuo, que cuido al máximo el respeto a personas e instituciones, no publico nada que no esté debidamente contrastado y que intento despersonalizarlo al máximo.
¿Por qué Maimónides y no otro nombre? Porque siempre me ha fascinado su figura, y hasta cierto punto, hay un alto grado de identificación con él.
No creo, como comentas, que no se siga el contenido del blog.
Forzosamente, por temática, la audiencia ha de ser reducida.
Seguramente, quienes pudieran comentar o aportar, pueden albergar el mismo miedo que yo, y quizás los comentarios que puedan aportar no puedan despersonalizarse tanto como yo hago con mis post.
A mí, personalmente, la escritura de este blog me permite un cierto estado de catarsis, por no decir liberación, pues mis inquietudes son compartidas con las de muchos otros profesionales del sector.
Que sepas que no publico cada día, porque mi opinión es que sólo debe aparecer lo que pueda ser de interés, por tanto sólo hay nuevos posts cuando considero que hay algo que decir.
Y te digo, Anónimo, que con que exista sólo una persona en el mundo que le interese lo que yo escribo, vale la pena el esfuerzo.
Te agradezco, Anónimo, tus comentarios, y te invito, si te ha gustado lo que has leído, que sigas visitándome y aportando tus opiniones.
Por último, decirte que la última frase de tu comentario es muy hermosa.
Esa frase es una razón más para continuar.
Muchas gracias, Anónimo.