Los límites de la digitalización.


La verdad es que visto desde un punto de vista de médico, el razonamiento es impecable.

A mí, como profesional de la informática retirado de la primera línea de fuego, me gustaría ahondar un poco más.

En primer lugar decir que tanto el diseño como usabilidad de los sistemas de información sanitarios existentes en nuestro país dejan mucho que desear, y que desde el punto de vista de interfaz humana, están más cerca de los diseños de los años 80 que no lo que se estila en el año 2011... y no es un problema de presentar la información en modo carácter o con ventanas... es mucho más profundo.

No es un problema de que sólo es A o B, sólo 0 y 1... existe la lógica difusa, existen los thesaurus, y existe sobre todo el diálogo...

Desgraciadamente, en nuestro país, existen multitud de sistemas de información clínicos "tocho": poco amigables, poco usables, áridos, farragosos...

Encontrar el equilibrio entre lo requerido por la administración sanitaria con propósito estadístico, de control de gestión o de usabilidad no está reñido con diseños de HCE que realmente tengan al profesional en mente.

Así pues, se evitarían casos en que tras una inversión multimillonaria en euros en HCE los profesionales acaban volviendo al procesador de texto y al papel.

Además, cuando por consenso, en el seno de una comisión de documentación clínica, se decide que en la historia clínica se registra (o deja de registrar) cualquier ítem, la modificación y adecuación de la historia clínica electrónica no debiera ser más compleja ni más cara que la petición a la imprenta de formularios.

Y este punto es vital, porque el registro clínico es algo vivo, adaptable, es LA herramienta, el punto de referencia para poder tratar eficazmente a un paciente.

Poder dibujar, no verse coartado por una serie de campos desplegables con valores fijos, o que el sistema de modo subyacente pueda encontrar la información necesaria sin restringir la capacidad del profesional de poder desarrollar y anotar un curso clínico, son algunos de los retos que hoy día tienen los diseñadores de sistemas de información clínicos, aparte de las interoperabilidades que se puedan exigir tanto con sistemas departamentales (Laboratorio, Imagen, Farmacia o sistemas de telemedicina), como con sistemas de Historia Clínica Regional (como el SGP de Aragón o HCCC de Catalunya), la del SNS o el framework de epSOS.

Combinaciones de thesaurus local con thesaurus sistematizados de ámbito global, como puede ser UMLS, unido a mecanismos de búsqueda semántica en el curso clínico, pueden ayudar tanto a los documentalistas del hospital como mejorar el nivel de definición de búsqueda cuando se hace algún tipo de estudio epidemiológico, uso de terminologías como las de SNOMED-CT... es una aproximación más racional al balance entre las necesidades del gestor y las del clínico.

El problema no es digitalizar o no: el problema es que lo que digitalizamos lo hacemos con recursos técnicos obsoletos, desde un diseño que tiene en mente al gestor y no al profesional.

El problema es que además, cada vez los repositorios clínicos "as is" son mucho más que un archivo longitudinal de historias clínicas... estos repositorios son los depositarios del conocimiento de la organización.

Así pues, hay que ir mucho más allá en cuanto al registro estructurado de la información tal cual se entiende hoy día: debemos empezar a pensar en arquetipos, pues tan importante es la información absoluta que recogemos, como el contexto en que es recogida... tan importante es conocer los valores TAM y TAm del paciente como el instrumento con el que se realiza dicha medida, y si el paciente estaba de pie, sentado, incorporado o estirado, por poner un ejemplo sencillo... normas como la EN/ISO13606 ya nos marcan un camino a seguir en este caso.

Y aún así y todo, quedarán islas, áreas donde no puede llegar la digitalización porque el coste y la usabilidad la descartan... quedaran las hojas de cálculo y los documentos de texto, así que también el repositorio debe tener cabida para subir esta documentación clínica en un formato documento, esto es, que no se pueda modificar una vez emitido.

Hay otro pequeño detalle, no despreciable precisamente: aquí es costumbre implantar los sistemas de información sanitarios sin una reingeniería de procesos previa, y no precisamente vista desde una óptica TIC... cuando los procesos subyacentes son ineficientes, cuando la redundancia campa por sus respetos, cuando se ejecutan las tareas "porque siempre se ha hecho así", sin mejor razón aparente, aplicar TIC sin optimización previa es hacer que la ineficiencia se ejecute más rápido, nada más; una eficaz reingeniería de procesos, organizativa y clínica evitaría más de un disgusto y haría que todos trabajaran de un modo más eficiente.

Estos son los límites de verdad... y falta mucho, muchísimo camino por recorrer, cierto.

Foto: Foto real de un fonendo digitalizado en uno de sus extremos. :-)