Mezclar churras con merinas.

Aún colean las consecuencias que tuvo la acción que una afamada empresa consultora de allende los mares, que, en un ánimo desesperado por recortar costes en un proyecto inglés, no dudó en despedir a todos los consultores nativos para sustituirlos por consultores búlgaros.

Entendiendo que el dominio de la lengua de Shakespeare por parte de estos consultores no era el problema, la sorpresa del equipo de proyecto por parte del cliente adquirió, sin duda, tintes épicos, por no decir dramáticos.

A un nivel mucho más local y, ciertamente, menos cosmopolita, nos encontramos con la dura realidad del trabajo diario y de interacción entre centros, organismos y proveedores de sistemas IT.

Y hay algunas veces que hay confusiones ciertamente llamativas, como el uso de consultores de procesos sin experiencia en el sector para identificar indicadores de negocio sanitario.

Hoy leía en el blog del Dr. Pankaj Gupta algo así como que en el mundo de Health IT es necesario que los interlocutores técnicos dominen el argot del negocio, porque si no, probablemente, nos encontraremos a ambos lados de la mesa profesionales que hablan idiomas distintos... (en el escrito del Dr. Gupta se hace referencia a "griego y latín").

Algo tan importante como son los indicadores de negocio (y no digo nada sobre los estratégicos de un Balanced ScoreCard, por ejemplo) no puede dejarse en manos de quien no acredite suficiente experiencia en el sector.

Por mucha experiencia que se tenga en un sector de actividad concreta, al pasar a otro sector, sin la debida experiencia, se convierte automáticamente en un junior...

¿Pagarías a precio de consultor senior el trabajo de un consultor junior?