Outsourcing personal.

Conversación de hace unos meses, a altas horas de la madrugada.

-Pues existe Cupidtino, la red social de dating de fans de Apple. Fíjate como será, que no puedes acceder si no es desde un producto Apple: Mac, iPhone / iPad o desde un navegador Safari. -le dice el consultor al directivo.

-¡No jo***! -dice el directivo- ¡Pues me doy de alta cuando llegue a casa! Pero cuenta, ¿qué más redes de dating hay?

-Pues verás...

-¿Sabes? -interrumpe el directivo- cuando estuve en Stanford conocí a un profesor que había hecho outsourcing de su vida...

El consultor lo mira con los ojos muy abiertos, y enarcando sus cejas le espeta:

-¿Que había hecho outsourcing de qué?

-De su vida. Verás, era un single como nosotros, y uno de los temas que más le molestaban era la poca tasa de éxito en las citas, pues de decenas de candidatas, para cada una de ellas le costaba mucho esfuerzo explicar su bio, reforzar sus puntos fuertes, hacerse el interesante, todo para recibir un elevado número de negativas o peor, no recibir respuesta; como el caballero en cuestión valoraba en mucho su tiempo, decidió hacer outsourcing de su vida.

-¿Ah, sí? ¿Cómo?

-Contrató una de las muchas empresas que existen de outsourcing personal en la India, y les pidió que dedicaran una persona que se encargase de la parte "tediosa" del asunto -esto es, redactar los mails, preparar y customizar su bio de acuerdo con las preferencias de la candidata, contestar las solicitudes de información adicional-, con lo cual se ahorraba el desencanto de las negativas y sólo recibía las citas confirmadas...

-Interesante...

Minutos más tarde, se encuentran con otro ejecutivo y una famosa gurú, y explicando esta historia, ella les confirma punto por punto este tema y les suministra unos enlaces relacionados con el outsourcing personal.

La historia puede parecer fantástica, pero es real, desde la A hasta la Z.

Todos hemos oído hablar del outsourcing aplicado al mundo empresarial, pero me gustaría saber cuántos de vosotros habéis delegado un trámite, una tarea, en otra persona -familiar o amigo- porque vosotros no os podíais hacer cargo.

El primero que habla de ello es Tim Ferriss, en su libro "The 4-hour workweek" y en el que ilustra cómo hacer un uso más eficiente de su tiempo mediante el uso de outsourcing personal; también es cierto que el concepto -no su nombre actual- existe desde hace generaciones.

Un estupendo y extendido ejemplo es el del fenómeno de los "abuelos-padres", que ayudan a los padres a criar a sus hijos mientras éstos están trabajando; esto también es outsourcing.

También lo es el servicio doméstico, limpieza, canguro, y un largo etcétera del cual probablemente nunca nos hemos parado a pensar.

Así que, ¿por qué no profesionalizar el tema? 

En este post encontraréis consejos sobre qué tareas delegar, algunas reglas sobre cómo negociar con los proveedores de estos servicios y lo más importante, un directorio de empresas especializadas en personal outsourcing.

Imaginaos por un momento... soy un ejecutivo muy ocupado y contrato uno de estos servicios, y pido tener un asistente personal -que seguramente estará a varios miles de kilómetros de distancia y al que probablemente no veré nunca- al que invito a que tome el control efectivo de varias áreas de mi vida.

Porque, seguramente a través de teléfono podrá solucionarme problemas con compañías de utilities -teléfono, agua, gas, electricidad, TV-, y casi seguramente, con las instrucciones pertinentes, de mi cuenta bancaria -¿o debo crear una específica para su manejo?-, de compras que se puedan efectuar por Internet.

¡Dios!, es el cumpleaños de mi pareja, tengo una reunión y encima no le he comprado nada -motivo más que suficiente para dormir durante una temporada en la parabólica-, así que llamo a mi asistente y desde Bombay le envía 89 rosas rojas en mi nombre y una nota de disculpa...

¡Maldición!, ella contesta al mail diciendo que sigue enfadada, y que lo que quiere es verme a su lado; hablo con mi asistente y le doy instrucciones para que lo arregle; tras un intercambio de mails que a punto está de consumir el ancho de banda existente entre aquí y la India, se endereza la situación.

Pero me asalta una duda: ¿puedo hacer outsourcing de mi vida sexual?

La historia del ejecutivo ocupado es la de A. J. Jacobs, editor de Esquire, que hace un relato delirante de su experiencia de outsourcing personal en "My outsurced life".

Aquí podéis escuchar cómo lo cuenta.



Y dicho todo esto, ¿hasta qué punto harías outsourcing de tu vida? ¿llegarías al nivel de outsourcing de A. J. Jacobs?

¿Harías outsourcing de tu vida sexual?

Spam sanitario.

Hoy voy a hablaros de mi libro... bueno, de mi libro no, de mi blog.

Me ha dado muchas satisfacciones y al-gún que otro disgusto, pero por lo que a mi respecta alimentarlo es una actividad enorme-mente enriquecedora para mí.

Cuando puedo publico posts, a menudo me leéis, y alguna vez me dejáis algún comentario; puedo deciros, por ejemplo, que gracias al blog me han llegado propuestas de trabajo, y a través del mail del blog a veces, algunos de vosotros, me hacéis llegar vuestras inquietudes, comentarios que inducen a la reflexión, algunos otros que son claro exponente de la “blogosfera sanitaria rosa” -incluso alguna proposición sentimental que guardaré en el mayor de los secretos-, y... spam.

Pero no spam de cualquier clase, no: spam generado por agencias de publicidad del sector sanitario. 

Teniendo en cuenta que soy informático, que ni de lejos soy prescriptor pasivo, que no soy un e-paciente, y con una capacidad de influencia muy limitada, me sorprende que me envíen mails pregonando las bondades de determinados principios activos, de determinadas técnicas quirúrgicas, que me inviten a visitar laboratorios y pueda comer con sus directivos por ser un bloguero del sector, o que determinadas aseguradoras, como pasó con una hace pocos meses, me envíen primero un mail invitándome a hablar de las bondades de un pretendido canal 2.0 para que a la semana siguiente reciba otro presionándome “porque cómo era posible que no hubiera publicado nada sobre ellos”; y todo ello teniendo en cuenta que normalmente este tipo de mails los envío directamente a la papelera y no generan ningún tipo de respuesta.

Me sorprende que la industria, en una coyuntura difícil y con una necesidad perentoria de afinar “target” para mejorar resultados, que de per se ya son exiguos, contrate agencias de publicidad que no tengan claro quién es el receptor potencial de su publicidad, y cuyo único valor diferencial sea tomar la lista de blogs que se mantiene en Somos Medicina o en Wikisanidad, y no importa si nuestra profesión es informático, capellán, administrativo o de seguridad, recibamos indiscriminadamente este bombardeo de mails que poco aportan y sólo inducen a la confusión.

Aparte del pequeño detalle de que está sancionada la publicidad de principios activos “direct to consumer” -insisto, no soy un clínico prescriptor- en territorio español, le rogaría a quien me haya seleccionado para ser objeto de spam -porque para mí este correo es spam y las agencias de publicidad de origen son de todo menos profesionales- que me eliminara de una vez de sus listas.

Y no digo más.