¿Pastilla roja o pastilla azul?

En este post, Jesús de Pablos dejó un comentario (el 3º) que me hizo pensar...

Es cierto, vivimos en un país en el que tenemos una gran dependencia de tecnologías foráneas, desarrolladas por corporaciones transnacionales que mayoritariamente tienen su base, su sede central, ya no en nuestro país, sino fuera de las fronteras de la Unión Europea.

Los gadgets más comunes de uso diario han sido diseñados mayoritariamente en USA o Japón, fabricados en China, contienen partes de software creadas en cualquier parte con herramientas de desarrollo USA.

Sí, es cierto, nuestro país es puntero en otros campos, no tanto en tecnología básica pero si en tecnología aplicada.

Y la dependencia tecnológica, como apunta Jesús en nuestro comentario, tiene sus riesgos... parece imposible que nos enfademos con una determinada empresa o que de repente un país generador de tecnología básica restrinja las exportaciones de dicha tecnología a nuestro país... pero por poder, podría pasar.

Desde el punto de vista estratégico, es una situación nada conveniente.

Y la solución no es, ni mucho menos, volver a los tiempos de la autarquía o aplicar los métodos juche de Corea del Norte...

Esta reflexión me viene bien para introducir una parte de la conversación que tuve con José María Romeo, el editor de los blogs "MIREntrelazados"...

Dentro de la larga y amena charla que mantuvimos, José María me explicó un comportamiento anómalo que, según su opinión, merecía ser estudiado, y es el caso de los estudiantes extranjeros que desean cursar el MIR en nuestro país.

Me comentó que en especialidades como Oftalmología o Cardiología, el porcentaje de extranjeros sobre españoles era superior al 50% a favor de los foráneos.

La cuestión es el después de los años de formación como residente...

Por lo que me dijo, y éste es el área que debiera ser objeto de estudio, hay un número indeterminado de estudiantes que al acabar la residencia vuelve inmediatamente a sus países de origen, con lo que la inversión enorme que hace el SNS para su formación se pierde... y mientras, hay españoles que les gustaría continuar la carrera con la residencia, pero que no pueden por que estás plazas ya han sido ocupadas lícitamente.

No se si la Administración es consciente del asunto, pero encargar un estudio para ver el comportamiento de los MIR foráneos, e intentar encontrar y favorecer perfiles que comporten permanencia en nuestro país, puede ser más importante de lo que pueda parecer: es estratégico.

Y esto no tiene por qué comportar la no admisión de foráneos con un perfil de regreso... es lícito que quien quiera formarse, pueda hacerlo, pero en estos perfiles, introducir alguna fórmula de pago...

O bien, como ya pasó hace años con los pilotos del Ejército del Aire, que en muchos casos tras el paso por la academia, se pasaban a la aviación comercial: actualmente se les obliga a una estancia mínima en las FFAA antes del paso a la aviación civil...

Cuidado... no levanto ninguna bandera xenófoba; levanto una bandera de alerta sobre una formación costosísima que pagamos todos y que en muchos casos, da frutos más allá de nuestras fronteras.

Corremos el serio riesgo de perder nuestra independencia... y rememorando una célebre frase de la primera parte de Matrix, convenientemente modificada para la ocasión, os pregunto:

¿Dependencia o independencia?