Mi suegro, como otros miles de connacionales, se convirtió en enero de este año en pensionista.
Así que, con toda la documentación que acreditaba su nueva condición, el buen hombre se dirige al centro de atención primaria de su zona (concretamente al de Calafell) para tramitar una nueva tarjeta sanitaria que incluya la prestación de farmacia gratuita.
Le preparan un documento provisional, para que, si lo requiere, pueda ya disponer de dicha prestación, un documento con una caducidad de un mes, si no recuerdo mal.
El caso es que ha tenido que dirigirse al CAP varias veces para ver qué pasaba con su tarjeta sanitaria, y en todos los casos, los administrativos del CAP han enviado reclamaciones a CatSalut...
Hace cosa de un mes mi suegro, desesperado, me explica la historia... bien, le digo que llame a "Sanitat respon" (902111444) y que exponga el caso, a ver qué le dicen.
En el transcurso de la llamada (yo estoy presente), el hombre tiene que explicar la historia cuatro veces, y le dicen que toman nota de su solicitud y que lo llamará un responsable, que en ese momento está en una reunión.
Al cabo de poco rato, unos 20 minutos, le llaman de CatSalut, y le dicen que "no se ha podido emitir su tarjeta sanitaria porque la máquina que hace las tarjetas tiene problemas" y que le avisarán cuando su tarjeta esté disponible.
La historia, que de per se, no dejaba de ser a priori un mero problema administrativo, de repente adquiere tintes folletinescos...
¿Una máquina que emite tarjetas sanitarias que tiene problemas y no la reparan o sustituyen?
Con diferentes matices he oído ya esta historia en diferentes personas en los últimos meses.
Oficialmente, la explicación que dan es ésta.
En mi modesta opinión, se han quedado sin presupuesto para tarjetas.
Me parece verte, querido lector, cómo te mesas los cabellos, te rasgas las vestiduras, y juras por lo más sagrado no leerme nunca más... ;-)
Si tenemos en cuenta que desde hace más o menos un año que vengo hablando de los efectos de la crisis en nuestro sector, y de que, de acuerdo con las estimaciones actuales, se prevé una caída en las licitaciones públicas para el año 2010 del orden de un 70%, comprenderéis que el tema de las tarjetas sanitarias, un tema menor si queréis, puede ser el primer indicador de que, ahora sí, han empezado las "vacas flacas".