Empowerment: Primer asalto.

Ayer tuve la oportunidad de entrar en acción en uno de los terrenos donde se va a desarrollar uno de los mayores retos de la sanidad: la batalla por el empowerment del ciudadano, y creo que no es necesario recordar que el ciudadano somos todos, desde el paciente, pasando por los profesionales clínicos, hasta el ciudadano sano.

Partiendo de las premisas de que los cambios siempre se inician desde la periferia (por mor de menor resistencia) y que para plantear cualquier trans-formación hace falta conocer con precisión el punto de partida, aprovechando una visita coordinada por el PireneLab a la Vall Fosca, tuve la ocasión de hablar con profesionales, ciudadanos sanos y pacientes... e incluso encontré a un paciente experto (aunque, hablando con propiedad, la definición que mejor encajaría sería la de cuidador experto).

El motivo de mi visita fue hacer una primera toma de contacto y detección de las necesidades que pudiera tener la población del valle desde un punto de vista TIC sanitario y dependencia, como complemento a las actividades que desarrollará PireneLab en esa zona, y estuve acompañado por su coordinador, Josep Jordana.

Acercarse a una población rural, de alta montaña, siempre tiene unas connotaciones especiales, pues a la lógica resistencia que podamos encontrar, nos encontramos además otro tipo de connotaciones culturales y quejas atávicas (y justificadas, cabe decir) sobre las condiciones de desigualdad y la "imposición" que perciben por todo lo que se pueda decidir desde fuera de su ámbito geográfico.

Y mi acento es de Barcelona...

No están acostumbrados a que se les pida su opinión, ni tampoco están acostumbrados a que se acerquen a ellos explicándoles que van a participar en el desarrollo de su solución, de los servicios que van a recibir, teniendo en mente la mejor tradición de user centric innovation: la puesta en acción de un Living Lab.

Así, fácilmente podéis imaginar las caras de sorpresa y desconcierto cuando se les explicaba que estábamos allí para ayudarlos, y que no se trataba de imponer nada, al contrario, de lo que se trataba era de trabajar juntos para ver qué se podía mejorar, qué necesidades tenían, si es que tenían alguna, y que participarían de modo igualitario en el diseño y especificación... nadie ha contado nunca con ellos y este enfoque nuestro es una novedad.

En el camino que se ha iniciado en este valle pirenaico, la distancia que separa al ciudadano del e-ciudadano la da el ciudadano menos dotado tecnológicamente, aquel que tiene dificultades para usar el teléfono móvil más sencillo... y no es sólo tecnología, es mucho más.

Podemos hablar de infraestructuras, de servicios avanzados, de formación, de "tele lo que queráis"... hay que tener paciencia, hay que ser tremendamente pedagógicos... hay que conquistar sus corazones y sus mentes, hacerlo en base diaria y en base a pequeños pasos, a pequeñas conquistas.

Hay que bajar del terreno de lo abstracto a lo concreto, y demostrarles que sí, que existen otras vías, otras maneras de hacer las cosas...

Desde PireneLab van a seguir hablando con la población, escuchándoles, explicándoles, ganándose su confianza... van a continuar esa labor que es vital; y yo volveré, seguro.

El reto ya ha sido lanzado... y parece que han recogido el guante.