Recuperando el tono serio que nos caracteriza, deciros que no paro de reflexionar sobre el concepto e-patient / e-clinic, ya no desde una óptica de águila sino desde una óptica de gallina.
Y fijaos que aunque de un modo intuitivo se van desarrollando algunas iniciativas, la realidad es que siempre hay alguna clase de desequilibrio.
Analizando las dificultades encontradas, diría que la mayor barrera no es precisamente organizativa...
Compartiré mi percepción con vosotros: en nuestro imaginario, el clínico es sinónimo de semidiós, hacedor de la vida y de la muerte...
Son los modernos hechiceros, los que ocupan un lugar preeminente en la tribu, a los que imploramos la sanación...
Probablemente esta aproximación os pueda parecer grotesca, pero pensad que en nuestra mente del siglo XXI pesa la organización de la tribu con sus estratos... ¿y quién osa ponerse al mismo nivel del hechicero?
Por tanto no se trata tan sólo de ofrecer herramientas sociales, es ir mucho más allá de Internet en la consulta, hay que ir un paso más allá de la corresponsabilidad.
Si tenemos que introducir cambios en nuestras dinámicas de grupo, con todos mis respetos, necesitamos un tipo de profesional diferente de los que pueblan nuestro sector: necesitamos sociólogos, necesitamos antropólogos.
Podemos seguir dando palos de ciego y suplir con voluntarismo nuestras carencias, más ha llegado el momento de ponernos en manos de quienes realmente dominan los resortes del funcionamiento de la sociedad.
Necesitamos que nos ayuden si queremos tener éxito, una ayuda 360º... ayudar al paciente, ayudar al clínico, e introducir los cambios necesarios en el funcionamiento de la sociedad.
Y también necesitamos paciencia: introducir cambios como el que expongo no es cosa de un día...