En estos días en los que he estado preocupado o muy preocupado por mi estado de salud, ha coincidido que en diferentes publicaciones (El Periódico o El Mundo) se han escrito artículos hablando de "cibercondríacos".
La definición de "cibercondríaco" sería algo así como "dícese del hipocondríaco que busca síntomas y diagnósticos en Internet".
Yo mismo, en el post Miedo, hacía referencia a la abundancia (o exceso, incluso) de información médica accesible a un profano...
En mi caso sabía que había diferentes diagnósticos posibles, el historial de enfermedades familiares hacía mas probables unos diagnósticos que otros, y, sin embargo, cuando hablé con los médicos me limité a dar los síntomas y a mencionar los antecedentes familiares... y nada más.
Pero el cibercondríaco, cuando acude a la consulta, ya le dice al profesional prácticamente las pruebas diagnósticas a practicar y el tratamiento a seguir...
Por mucha información médica que esté presente en Internet, en ninguna parte está recogido un componente clave en el proceso de diagnóstico del médico, que es su experiencia clínica: es dificilmente escribible.
Y cuando veo las cifras de cibercondríacos (160 millones en USA) o el 20% de la población española, me doy cuenta de que estamos delante de un problema de primera magnitud.
Este problema, larvado, como muchos, ha adquirido la relevancia de "mediático" por la publicación de un estudio de Microsoft sobre el este tema.
Que los pacientes esten informados es bueno, pero que crean o piensen que por haber leído algo de una fuente que quizás no está contrastada o no tiene los criterios necesarios de calidad, con el añadido de creerse en posesión de la experiencia y conocimientos necesarios como para suplantar la figura del profesional sanitario es otra cosa.
Mark Twain, en una de sus celebradas citas, dijo hace ya muchos años: "Hay que tener cuidado con los libros de salud; podríamos morir por culpa de una errata".
P.D. Por cierto, el diagnóstico del enemigo invisible portagonista de "Miedo", es uno de los menos graves... aunque sí molesto. ;-)
La definición de "cibercondríaco" sería algo así como "dícese del hipocondríaco que busca síntomas y diagnósticos en Internet".
Yo mismo, en el post Miedo, hacía referencia a la abundancia (o exceso, incluso) de información médica accesible a un profano...
En mi caso sabía que había diferentes diagnósticos posibles, el historial de enfermedades familiares hacía mas probables unos diagnósticos que otros, y, sin embargo, cuando hablé con los médicos me limité a dar los síntomas y a mencionar los antecedentes familiares... y nada más.
Pero el cibercondríaco, cuando acude a la consulta, ya le dice al profesional prácticamente las pruebas diagnósticas a practicar y el tratamiento a seguir...
Por mucha información médica que esté presente en Internet, en ninguna parte está recogido un componente clave en el proceso de diagnóstico del médico, que es su experiencia clínica: es dificilmente escribible.
Y cuando veo las cifras de cibercondríacos (160 millones en USA) o el 20% de la población española, me doy cuenta de que estamos delante de un problema de primera magnitud.
Este problema, larvado, como muchos, ha adquirido la relevancia de "mediático" por la publicación de un estudio de Microsoft sobre el este tema.
Que los pacientes esten informados es bueno, pero que crean o piensen que por haber leído algo de una fuente que quizás no está contrastada o no tiene los criterios necesarios de calidad, con el añadido de creerse en posesión de la experiencia y conocimientos necesarios como para suplantar la figura del profesional sanitario es otra cosa.
Mark Twain, en una de sus celebradas citas, dijo hace ya muchos años: "Hay que tener cuidado con los libros de salud; podríamos morir por culpa de una errata".
P.D. Por cierto, el diagnóstico del enemigo invisible portagonista de "Miedo", es uno de los menos graves... aunque sí molesto. ;-)