En estos días se ha lanzado la campaña "Mi vida sin tí", una propuesta colaborativa realizada desde Internet, fomentada por profesionales de la Sanidad, para ofrecer consejos para dejar de fumar.
En diferentes espacios de la blogosfera sanitaria se han hecho eco de la campaña, más o menos siguiendo un discurso común, como por ejemplo en el caso del de María García-Puente, Montse Carrasco o con algunas variaciones, como María José Alonso... hubo muchos más, sin duda; he elegido estos tres ejemplos por ser los más cercanos.
En mi caso, no soporto el tabaco... durante años y por temas profesionales he estado en ambientes de fumadores acérrimos y creedme si os digo que no me hacía mucha gracia.
Pero en este post no os voy a hablar de mis vivencias personales con el tabaco... os voy a hablar desde un punto de vista profesional.
El tabaco no es tan sólo malo para la salud... también lo es para los equipos electrónicos.
La ceniza es una buena conductora de la electricidad, y como tal, tanto la que podemos ver en el cenicero como la que tiene un tamaño microscópico y está contenida dentro del humo, representan un serio riesgo para los dispositivos electrónicos.
Una de las métricas con las que se mide la fiabilidad de un equipo electrónico es el MTBF (Mean Time Between Failures), y existe evidencia de la reducción drástica del tiempo entre fallos cuando este equipo está operado en un ambiente cargado de humo.
Así pues, escribir en el portátil con el cigarrillo encendido o hablar con el móvil mientras exhalamos el humo por nariz y boca hace que la duración de estos dispositivos sea menor.
Mensaje: Fumar es malo. Déjalo.
Es posible que no quieras hacerlo por tí, incluso que no cedas a las presiones de tu pareja o de tus hijos, incluso que pases frío en la acera para tomar un cortado por no renunciar a "ese placer"... hazlo entonces por tus carísimos gadgets que siempre llevas encima y que usas más que tu paquete de tabaco.
Hazlo por tu iPhone, tu Mac o tu VAIO... ¡ellos te lo agradecerán!