(Fotografía correspondiente al BreakOut 5.0, cortesía de CitiLab)
En el post anterior se hablaba de una entrevista realizada en el transcurso de un BreakOut, y es fácil que vosotros hayáis seguido los enlaces que, arteramente, he dejado para que viéseis qué era... así que, a pesar de los pesares, dejadme que os de mi visión.
Hasta ahora hemos hablado desde una vertiente más o menos tecnológica de los avances de la telefonía, de los ordenadores, de las nuevas formas de comunicación, de las redes sociales...
Ahora bien, generalmente no nos paramos nunca a pensar en clave sociológica, y tampoco pensamos en las posibilidades que nos da la tecnología para cambiar la forma de hacer... la forma de pensar... la forma de relacionarse... y si hablamos de relaciones, hay una tipología de relaciones de impacto en nuestra vida diaria, que es la relación laboral.
Históricamente no ha habido grandes cambios en el momento de aplicar la tecnología en entorno laboral... quizás alguna mejora en procesos, pero siempre desde una visión de la relación jerarquizada o como mucho matricial, es decir, que independientemente de las jerarquías globales, prevalece la jerarquía establecida dentro de un equipo de trabajo.
Y en un momento tan 2.0, de interacción, de feedback, de colaboración, ¿qué retos plantea al entorno laboral el uso de las nuevas tecnologías y qué cambios quizás serían convenientes?
Esta es la pregunta que en su momento se planteó The Architectural League NY y NYCWireless en Nueva York, donde se iniciaron los BreakOut, y esta es la pregunta que el CitiLab de Cornellà está intentando contestar mediante los BreakOut que se están llevando a cabo en el área urbana de Barcelona y en el Pirineo, de la mano en este caso de PireneLab.
Un BreakOut básicamente es la creación de un espacio de trabajo colaborativo, fuera de un entorno de trabajo convencional, lejos de oficinas, y donde una plaza, un bar, un patio, un tranvía o una nave de una fábrica textil del siglo XIX sirven como entorno laboral alternativo... eso sí, hay WiFi y enchufes para los portátiles.
¿Y qué clase de profesional va a estos eventos?
(Fotografía correspondiente al BreakOut 4.0, cortesía de CitiLab)
Habitualmente son trabajadores autónomos, profesionales liberales o pequeñas empresas...
La dinámica de un BreakOut pasa por una inscripción previa, por un café pagado, por la instalación de los asistentes en mesas comunes, y por la presencia de dinamizadores y sociólogos...
Así pues se invita a los presentes a identificarse, explicar qué clase de colaboración pueden necesitar y qué colaboración pueden ofrecer así como las áreas de conocimiento que tengan, hacer una mini-presentación, y si entre ellos no hay interacción y los dinamizadores detectan sinergias u oportunidades entre dos o más profesionales, se encargan de facilitar el contacto...
Los sociólogos, además, se encargan de hablar con los asistentes, para poder trabajar los datos recogidos dentro de un marco metodológico, extraer lecciones y aplicarlas en ediciones sucesivas.
He asistido a las ediciones 4.0 y 5.0 del BreakOut y me parecen una forma ágil de buscar colaboraciones y proyectos conjuntos con otros profesionales, en un marco de libertad que, sin duda, fomenta la creatividad y la innovación.
Y aún pensando que un BreakOut quizás en su forma actual está pensado más en clave de colaboración en entornos tecnológicos, también creo que este tipo de eventos pueden tener su interés en el campo de la sanidad... pensando en clave de innovación, de investigación, poniendo profesionales de diferentes profesiones asistenciales y de diferentes servicios juntos... en suma, conocerse mejor, fomentar la colaboración, crear lazos de relación profesional, networking...
Desde luego, derribar un muro, hacer caer las paredes de una oficina, desterrar la cultura de silos, fomentar la comunicación entre departamentos, entre equipos, nunca ha sido fácil... éste puede ser un camino tan válido como cualquier otro.