Nuevos retos en telemonitorización médica.

Hasta ahora se han ido desplegando servicios de telemonitorización siempre en base local o incluso regional, pero también de un alcance limitado, por diferentes razones...

Muchas veces esto responde a pilotajes que no se llegan a implantar, otras veces el pilotaje culmina con éxito, pero entonces las razones presupuestarias son las que llevan a abortar su despliegue, otras veces, las más, responde a déficits de infraestructura, ya sea médica o tecnológica, y así seguiríamos un buen rato.

En cualquier caso, las causas de la falta de éxito son siempre motivo de reflexión y lecciones que se aprenden para futuras experiencias...

Y quizás por este mismo motivo, estas experiencias no se han planteado desde un punto de vista global, y me vais a permitir que me explique.

Cuando se diseña este tipo de servicio, suele tenerse en mente un centro de referencia, y unos pacientes "cautivos", de un grado de movilidad dentro de la población o entre poblaciones limitada.

El problema es que debido precisamente al uso de estos servicios, el paciente puede sentirse más seguro y prestarse a desplazamientos.

Así pues, si un paciente holandés, por poner un ejemplo, está sujeto a telemonitorización, y por ello aumenta su calidad de vida, puede plantearse hacer un viaje hacia la costa española, probablemente por el mejor clima.

Evidentemente el clínico de referencia puede desaconsejar el viaje por múltiples motivos, pero el que no debiera darse nunca es porque la plataforma de monitorización no funciona más allá de la cobertura del hospital.

Sé que lo que planteo puede parecer ciencia-ficción, pero si un paciente objetivamente y desde un punto de vista clínico, es apto para irse de vacaciones o para visitar a un familiar que vive en otra ciudad, la plataforma de monitorización debe ser lo suficientemente flexible y móvil como para que no se interrumpa el flujo de parámetros médicos hacia el centro de referencia.

¿Y qué pasa si se produce una alerta?

Interoperabilidad y trabajo en red.

Esto significa que en caso de alerta, y suponiendo que el dispositivo de monitorización tenga elementos técnicos de geoposicionado, el centro de control holandés sea capaz de pasar la información médica relevante del problema al servicio médico adecuado del hospital más cercano al paciente.

Es cierto que aún tiene que pasar más tiempo y suceder muchas cosas, como que la interoperabilidad "cross-border" sea algo más que pilotajes restringidos a ciertos territorios, pero que claramente esta es la dirección del futuro de los servicios de telemonitorización.

Para acabar, dos ideas:

  1. El futuro de estos servicios pasa por movilidad y geolocalización.
  2. El paciente debe dejar de ser un cautivo de los servicios médicos... los servicios médicos deben acompañar al paciente.