Recortes.

En estos días se leen noticias que ponen de los nervios a los profesionales: desde la optimización de servicios, hasta cierre de plantas y servicios o despidos más o menos masivos... día sí y día también se habla de centros que tienen dificultades, rumores sobre expedientes de regulación de empleo, procesos concursales... no es el mejor ambiente para desarrollar las actividades que se llevan a cabo diariamente en los centros asistenciales.

Y sin embargo, aún entendiendo las razones del ajuste y aplaudiendo algunas iniciativas y denostando muchas otras, me llama poderosamente la atención que hay parcelas que requerirían ser ajustadas y en cambio, no parece haber una gran voluntad de tocarlas.

Así pues, lo primero, sería intentar, parafraseando al gran Johann Cruyff, "poner el dinero en el campo", y esto significa mantener e incluso potenciar el área asistencial en detrimento de la fuerza administrativa. 

Es escandaloso, y se repite en diferentes CCAA, sin importar el color político que la adorne, que en las consejerías de sanidad existan estructuras que en el mejor de los casos están duplicadas, y en algún caso, hasta triplicadas.

También llama la atención que en aras de economía se potencien los llamados "acuerdos estratégicos" para compartir servicios entre centros, pero en cambio no haya una política centralizada de compras, con lo que no se pueden obtener economías de escala.

Se habla mucho del gasto farmacéutico y se "aprieta" de iure a los laboratorios, estableciendo rebajas por decreto, esperando reducir márgenes, pero en cambio poco se habla de prótesis quirúrgicas, cuyas empresas en general han usado tácticas similares a la de la industria pharma, con márgenes considerables, y que quizás debieran merecer mayor atención por parte de la administración, para conseguir mejores precios o incluso, fijarlos por decreto.

En un afán populista, se han dispersado equipos y servicios de alta tecnología en áreas poco pobladas, y que de modo "peer-reviewed" se revelan infrautilizados, cuando a lo mejor es posible invertir en helipuertos situados estratégicamente, y que los pacientes que requieran de esos servicios super especializados sean trasladados en vuelo a un hospital de referencia.

No se despliegan más servicios de telemedicina porque falta un marco regulatorio específico; y estos servicios, correctamente usados y desplegados pueden ser un factor de ahorro, como por ejemplo ha puesto de relieve el ICO acelerando el alta de los pacientes trasplantados de médula ósea, reduciendo los días de estancia, con lo que se consigue una mayor rotación de los pacientes, y reducir de pasada el número de infecciones hospitalarias por el menor número de días en el hospital.

Alejar a los pacientes de los hospitales, los lugares más insanos del mundo, es también un factor de ahorro, pero pasa necesariamente por potenciar y empoderar a los equipos de AP, en la línea de "Liberating the NHS"... y pivotando la atención de tal modo que los crónicos entren en un circuito de atención especial, usando algoritmos de riesgo predictivo para identificar aquellos que en el periodo de un año pudieran necesitar de un ingreso hospitalario; en el NHS, desde que se aplican dichos algoritmos, ha representado un ahorro de 2700 millones de libras esterlinas al año.

El verdadero ahorro no estriba en el despido de más o menos profesionales; el verdadero ahorro estriba en la búsqueda de la eficiencia sin compromiso: si somos eficaces practicaremos una medicina de calidad, y la medicina de calidad a medio plazo es barata.