La gestión de los silencios.

Siguiendo con lo que decíamos en "Sobre el uso del lenguaje", debemos aprender los trucos y resortes de la expresión, tanto oral como escrita.

Hay un recurso oral, si queréis, efectista, que es el de la gestión de los silencios.

El cómo: normalmente al final de una frase que queramos quede grabada en la mente de nuestro auditorio, la pronunciaremos elevando gradual e imperceptiblemente el volumen de nuestra voz (de ningún modo gritar), y una vez pronunciada guardaremos un silencio de unos tres segundos, aproximadamente, como si quisiéramos dejar que se apague el eco de nuestra voz.

Cuando uséis este recurso, intentad ser normales, al auditorio puede no gustarle que por ejemplo, usemos un tono excesivamente paternalista o didáctico, puede ser interpretado como desprecio por nuestra parte.

El cuándo: normalmente en medio de la exposición, al final, corréis el riesgo de que el silencio deseado sea ahogado por los aplausos (siendo negativo, también por los abucheos).

En las jornadas de eReceta que os comentaba en este post, quien abría la jornada era la Consellera de Salut de la Generalitat de Catalunya, Marina Geli.

La Sra. Geli es una persona que hace uso, magistral, de los silencios como recurso expresivo.

Estoy seguro que hay más personajes públicos que también hacen un gran uso de esta técnica.

Supongo que, como siempre, el Sr. Google os podrá decir quienes os pueden ayudar a mejorar.

Otra fuente de inspiración puede ser asistir al teatro para ver alguna interpretación de alguno de los grandes actores y actrices que tenemos.

En fin, ya me diréis... esta técnica es para nota.